Apologética en la Liturgia de la Palabra
Jueves, V Semana de Cuaresma. Ciclo A
Lecturas del día: Gn 17, 3–9; Sal 104, 4–9; Jn 8, 51–59
Comentario:
¡Qué abundantes las enseñanzas que hoy tenemos para defender la fe! Vayamos por ellas:
¿Qué debemos ser: judíos, musulmanes o cristianos?
Los judíos no aceptan a los cristianos porque no reconocen a Cristo como Mesías y Dios verdadero; y, tampoco lo aceptan los musulmanes, descendientes del Ismael, hijo de la esclava de Abraham (Agar), porque aseguran ser ellos los herederos de la Promesa de ser el pueblo de Dios. Dios, para ellos, es “Alá,” y Mahoma, su único profeta.
¿Qué decimos al respecto?
Vemos en la primera lectura, que Dios le hace a Abraham la promesa de hacer de su descendencia, su pueblo elegido que se multiplicaría hasta cubrir todo el orbe, y esa promesa prefigura y apunta a Cristo mediante su hijo Isaac, a quien pide sacrificar y llevar sobre sus hombros la misma madera de su inmolación. Los herederos de Abraham, según lo reveló el Espíritu Santo, fueron en la antigua Alianza, los descendientes de Isaac, hijo de Sara, la mujer libre; no de Ismael, el hijo de la esclava Agar (cf. Ga 4, 5-7; 22-31). Siendo que Isaac es figura de Cristo, se profetizó que – en la plenitud de los tiempos – Cristo sería la consumación y el punto de partida definitivo y eterno de los descendientes de Abraham, que cubrirían de hijos todo el orbe. Tales hijos son los bautizados quienes, por el espíritu del Hijo de Dios, pasan a ser sus hijos adoptivos (cf. Ga 3, 26-29). El verdadero pueblo de Dios es, en conclusión, el pueblo cristiano.
La Reencarnación carece de fundamentos:
Dicha teoría asegura que las personas tienen vidas anteriores y que tendrán otras después de la actual. Eso obliga la necesidad de morir sucesivas veces. ¿A quién, que sea infalible, se le puede creer tal cosa?.
Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida, promete VIDA ETERNA (en singular), y no una secuencia de muertes ni vidas sucesivas de una misma persona. La verdad de nuestra existencia la conoce Jesucristo, y esto es lo que nos anuncia: “En verdad les digo: el que guarda mi palabra no probará la muerte para siempre” (Jn 8, 51).
¿Cómo hacerle ver a un Testigo de Jehová que Cristo es Dios?
En el evangelio, Cristo se presentó a Sí mismo como el *YO SOY,* y solo a Dios le corresponde tal propiedad y naturaleza. Contestó Jesús: “En verdad les digo que antes que Abraham existiera, Yo soy.” (Jn 8, 58). Así se reveló Dios a Moisés (Ex 3, 13-14) y así lo hizo Jesucristo en varias ocasiones: Jn 8, 23-28.
Para compartir:
1.- ¿Qué elementos llevan al cristianismo a ser la religión verdadera?
2.- ¿Cómo sabemos que Jesucristo es el *YO SOY*?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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