En su Humildad resplandece su Divinidad

Lecturas del día: Flp 2, 5–11; Sal 21, 26–32; Lc 14, 15–24.

Comentario:

¡Qué hermosa la declaración sobre Jesucristo que leemos hoy en la carta de san Pablo a los Filipenses!:

“El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.” (Flp 2, 6-8)

“Cada estrofa presenta un aspecto relevante del misterio de Cristo: primero, la condición divina de Jesús; luego, su Encarnación, que lo hizo en todo semejante a nosotros, y su obediencia hasta la Muerte; y finalmente, su Glorificación, que lo constituyó «Señor» de todo el universo.” (1)

Qué triste y oscura la interpretación que hacen de ese pasaje de la Biblia los Testigos de Jehová, y todo por el premeditado afán de su Cuerpo Gobernante, de destruir cualquier evidencia bíblica que lleve a reconocer y aceptar que Jesucristo es Dios y Hombre verdadero. Observemos cómo alteraron el texto en su propia Biblia, la ‘Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras:’

”quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres”

El Cuerpo Gobernante de la Watchtower le hace creer a sus esclavos mentales, los Testigos de Jehová, que allí Jesucristo rechazó ser Dios; pero dejaron escapar una abierta contradicción doctrinal. Al decir “existía en la forma de Dios,” reconocen de antemano su eternidad divina, y luego salen diciendo que no es de tal naturaleza o forma.

¿Una actitud así, tan hostil y ácida de desprecio hacia el Mesías y Salvador quedará sin consecuencias? Negar la Identidad Divina de Cristo es negar directamente su Ser; y negar su Ser es declararse anticristo.

Su modo de cerrarle el corazón es el semejante de aquellos siervos rebeldes de los que habla Jesús en el evangelio, que sacaron mil excusas y pretextos para no ir a su boda. De ellos, al final, el Señor les dirá: “Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena.» (Lc 14, 24) Tales, son representados por los invitados que rechazaron acudir a la Cena preparada por Dios para reunir con Él en comunión y alianza a sus hijos.

Comentando el evangelio de hoy, san Cirilo reconoce y da testimonio de la divinidad de Jesucristo diciendo:

“Casi al final de nuestro siglo, brilló para nosotros el Hijo de Dios. Y sufriendo la muerte por nosotros nos dio a comer su propio cuerpo, por lo que el cordero fue inmolado por la tarde, según la ley de Moisés. Con razón, por tanto, se ha llamado cena al convite preparado en Jesucristo. Este siervo que envió fue el mismo Jesucristo, el cual, siendo por naturaleza Dios y verdadero Hijo de Dios, se humilló a sí mismo tomando la forma de siervo.” (2)

Fuente:

1] Filipenses 2, 6-10; ´Notas de El Libro del Pueblo de Dios’; e-Sword – the Sword of the LORD with an electronic edge

2] Documento en línea: San Cirilo, San Cirilo, in Cat. graec. Patr. https://www.deiverbum.org/lc-14_15-24/

Para compartir:

1.- ¿Por qué el texto de la primera lectura, lejos de negar la divinidad de Cristo, la afirma?

2.- ¿Soy dócil al llamado de Cristo, a acudir a su Iglesia y a los Sacramentos que nos dio para mi salvación?

Elaborado por:

Pbro. Héctor Pernía, mfc

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