Apologética en la Liturgia de la Palabra
Martes, III Semana de Cuaresma. Ciclo A
*Lecturas del día:* Dn 3, 25. 34–43; Sal 24, 4–9; Mt 18, 21–35.
Comentario:
Trataremos hoy el tema del perdón. Lo encontramos en la súplica de Daniel (primera lectura) y en el santo evangelio de la liturgia de este día.
Quiero dirigir la apologética hacia la defensa, necesidad y obligación que todos tenemos de perdonar a los demás. No es una apologética dirigida tanto hacia los grupos protestantes; sino más bien, de modo abierto a todo ser humano, ya que a todos nos afecta y nos amenaza en la fe la dificultad para perdonar, para amar a quien nos ofende, para aceptar a quien nos lastima y nos hace el mal. La fe es agredida y puesta en peligro por los resentimientos, el rencor, la ira, la rabia y el odio. Así que, allí también debe ir a pararse la apologética y actuar.
En tan solo un mes me encontré dos casos de hermanos católicos que me preguntaron: “Padre, me dijeron que uno no tenía que perdonar a los demás. Que eso solo lo hace DIOS”. No sé si esto ocurre en el entorno donde vives; pero llama la atención que circulen doctrinas enseñando que una persona no debe perdonar a otra.
Si se te presenta algo así, o si te sucede algo semejante, ayúdate con las siguientes referencias bíblicas que nos ayudan a confirmar y recordar que perdonar a los demás, además de necesidad, es un mandato de Dios que debemos practicar todos por igual:
▪ “Pedro se acercó con esta pregunta: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mt 18, 21-22).
▪ “Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: «Me arrepiento», le perdonarás» (Lc 17, 4).
▪ “Mas si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas” (Mc 11, 26).
Quien ande diciendo que no hay que perdonar a los demás porque eso le toca solamente a Dios, debe darse cuenta de que habla y actúa tal como los escribas y fariseos que, del propio Jesús, pensaban: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?» (Lc 5, 21).
Para compartir:
1.- ¿Qué peligro o riesgo conlleva a una persona creer que ella no debe perdonar sino solamente Dios?
2.- ¿Qué otras evidencias bíblicas atestiguan el mandato y la necesidad nuestra de perdonar a los demás?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc