*Lecturas del día:* 1Tim 3, 1–13; Sal 101, 1–3, 5, 6; Lc 7, 11–17
*Comentario:*
La primera lectura que hoy nos trae la Liturgia nos pone de frente al tema apologético del Sacerdocio y la Sucesión Apostólica.
Recuerdo en una ocasión que un pastor protestante que afirmaba categóricamente que Jesucristo no había establecido a los sacerdotes católicos, que en ninguna parte del Nuevo Testamento ellos aparecían.
Sin embargo, Pablo dice a Timoteo: “No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de presbíteros. Ocúpate en estas cosas: vive entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas disposiciones, pues obrando así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.” (1Tim 4, 15-16).
*¿Qué podemos sacar de este texto?*
Timoteo ingresó al orden de los presbíteros por imposición de manos del mismo Colegio Presbiteral. Y, ¿de dónde apareció dicho Colegio? Derivó del Colegio Apostólico, que fue eligiendo y designando Ministros en cada una de las comunidades para el pastoreo y gobierno de la Iglesia (cf. Hch 6, 1-8; Tit 1, 5ss).
El propio Pablo, que da instrucciones a Timoteo de cómo debe ejercer el ministerio de presbiterado, o se adjudicó a sí mismo tal facultad, ni se la otorgó ningún transeúnte cualquiera, sino que fue elegido y enviado por el Espíritu Santo y el Colegio Apostólico (cf Hch 13, 1-3). Pero algunos objetan diciendo que Cristo lo que nombró fue apóstoles y no sacerdotes.
Hay dirigentes de grupos protestantes que piensan que los apóstoles eran testigos de Cristo sólo para predicar, expulsar demonios, o dirigir comunidades cristianas. Desconocen o ignoran que Cristo instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio en la Última Cena para unir y hacer partícipes de su sumo Sacerdocio a sus Doce Apóstoles, y que les ordenó ofrecer Su mismo Sacrificio a todos los pueblos y para todos los tiempos cuando le dijo: “HACE ESTO EN MEMORIA MÍA” (Lc 22, 19; 1Cor 11, 24)*, pero como ellos eran sólo hombres mortales, temporales y no perpetuos, debían transmitir y otorgar la administración de tal Misterio a sus futuros sucesores.
De ello nos hablan abundantemente las Santas Escrituras y los Padres de la Iglesia: San Clemente Romano, San Ignacio de Antioquía, San Cirilo de Alejandría, San Hipólito de Roma, entre otros. Eso es lo que significa que Cristo es el único gran Mediador entre Dios y los hombres (cf. 2Tim 2, 5); ellos, también en cuanto miembros del Cuerpo Místico de Cristo y, en razón de su grado ministerial, se ofrecen y son tomados por Cristo como instrumentos suyos, para actuar In Persona Christi, en la inmolación del único sacrificio mediador de nuestra Salvación, en la santa Eucaristía; y, para ejercer y ofrecer tal sacerdocio, entre los hombre él elige y envía (cf. Hb 5, 1-6).
Se oye decir de algunos que la Sucesión Apostólica no existe en la Biblia. Es absurdo pensar que Cristo eligió a Doce hombres y les dió facultades que murieran con ellos a medida que cada uno de ellos fuese falleciendo. Qué, con el mandato que Pablo le da a Timoteo, e elegir a otros que enseñen fielmente a otros lo mismo que él le enseñó a él? (cf. 2Tim 2, 2), o el mandato a Tito, a quien él mismo instituye como obispo de Creta y le encarga el compromiso de preparar e establecer presbíteros en las comunidades (Tit 1, 5). ¿Será que estos piensan que el Colegio de los Presbíteros que ordenó ministro a Timoteo surgió de manera paralela, independiente e insubordinada a Jesucristo y los Doce Apóstoles, como sí lo hacen los farsantes que se aparecen en medio del rebaño presentándose a sí mismos como pastores?
*Para compartir:*
1-. ¿Quiénes serán los no bíblicos?, ¿los sacerdotes de la Iglesia Católica, o los auto proclamados pastores del protestantismo?
2-. ¿Qué relación podría haber entre Sucesión Apostólica y la necesaria unidad de los cristianos a través de los siglos?
*Elaborado por:*
Héctor Pernía, mfc
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