Sábado, I Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo A
*Lecturas del día:* Hb 4, 12-16; Sal 18; Mc 2, 13-17
Ver lecturas en: bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011423.cfm
*Comentario:*
En la primera lectura de hoy, encontramos un texto que muchos cristianos no católicos contemporáneos (de tendencia neo-pentecostal) utilizan para “justificar” su creencia en el «Poder de la Palabra»,»la Confesión Positiva” o la doctrina de los “Decretos”; me refiero a *Hebreos 4, 12*: «La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón …”
Influenciados por la _Nueva Era_, no son pocos los cristianos que –equivocadamente– sostienen que en las palabras que pronunciamos hay implícito un “poder” que incide y transforma la realidad. Creyendo en la existencia de tal “poder”, usan la Palabra de Dios para repetir frases, versículos, Salmos y/o Proverbios en su afán por asegurarse circunstancias agradables, obtener riquezas o salud, para sí mismos o sus seres queridos. En su error, creen que el texto de *Hb 4, 12* (así como: *Mc 11, 23*, *Jn 1, 1-3*, *Rm 10, 9-10*, *Col 4, 6)* enseña que la “palabra tiene poder” y que, tratándose de la Palabra de Dios (es decir, la Biblia), repetirla constantemente transforma la realidad; así, por ejemplo, repiten: *Sal 37, 25*: _“nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan”;_ o *Flp 4, 13*: _“Todo lo puedo en Cristo que me conforta”;_ entre otros que usan frecuentemente.
No obstante, lo que queda claro, en la primera lectura de hoy, es el poder de la palabra de Dios para transformar nuestra vida en relación con él; para ayudarnos a santificarnos o ser SANTOS (que no es lo mismo que vivir “prósperos” y “siempre sanos”). En palabras de su Santidad, el hoy papa emérito, Benedicto XVI : *(1)*
“… cada hombre se presenta como el destinatario de la Palabra, interpelado y llamado a entrar en este diálogo de amor mediante su respuesta libre. Dios nos ha hecho a cada uno capaces de escuchar y responder a la Palabra divina. El hombre (…) no se entiende a sí mismo si no se abre a este diálogo. En este diálogo con Dios nos comprendemos a nosotros mismos y encontramos respuesta a las cuestiones más profundas que anidan en nuestro corazón…»
Repito lo siguiente: “En este diálogo (entre el hombre y la Palabra de Dios) *nos comprendemos a nosotros mismos». Entiéndase: me veo a mi mismo a la luz de la palabra de Dios y procuro mi corrección y perfección auxiliado por Su Gracia.
*Fuente:*
*(1)* Exhortación Apostólica Postsinodal _Verbum Domini_ de su santidad Benedicto XVI. Numerales 22 y 23. Disponible en: vatican.va/content/benedict-xvi/es/apost_exhortations/documents/hf_ben-xvi_exh_20100930_verbum-domini.html
*Para compartir:*
1.- _¿Te has visto influenciado por esas falsas doctrinas del “poder de las palabras” o de la “confesión positiva”? ¿Sabías que no provienen de Dios?_
2.- _¿Cómo ayudarías a conducir hacia el conocimiento de la verdad a un hermano protestante que cree en estas enseñanzas?_
*Elaborado por:*
Nelson Ledezma, mfc