*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
San Bernabé, apóstol y mártir.
*Lecturas del día:* Hch 11, 21b-26; 13, 1-3; Sal 97, 1-4; Mt 5, 33-37
*Comentario:*
Habiendo culminado la Pascua, hemos iniciado la segunda parte del Tiempo Ordinario con las Memorias de María, Madre de la Iglesia y hoy de San Bernabé, quien junto con San Matías y San Pablo y los Once recibe el nombre de APÓSTOL.
Lo que sabemos sobre su vida es narrada en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, de donde hemos escuchado hoy la primera lectura. Era un levita, es decir, era por familia perteneciente a la tribu de Levi, aquella tribu que de entre las 12 del Pueblo de Israel al entrar en la Tierra Prometida no recibió ningún territorio específico, porque su Porción era Yahvéh y – por tanto – ser sus servidores en el Templo, aunque podían vivir en todo el territorio de Israel.
En el capítulo 4, 36 – 37 se nos menciona su procedencia de la isla de Chipre y cómo – al convertirse – entregó el precio íntegro de la venta de sus bienes a los Apóstoles. Capítulos más adelante – como lo hemos escuchado en la primera lectura de este día – lo vemos ser enviado por los Apóstoles como un Apóstol a la naciente comunidad de Antioquía de Siria.
Allí, por primera vez, los que habían abrazado la Fe en Cristo Jesús, fueron llamados y comenzaron a llamarse a sí mismos CRISTIANOS y ése nombre traspasó las fronteras de aquella comunidad para convertirse en el nombre de todos los Bautizados. Dentro de esa misma comunidad recibió junto con San Pablo el llamado a la Misión entre los Israelitas que vivían en las ciudades paganas y, tras volver a Jerusalén, se separó de San Pablo para continuar su apostolado junto a San Marcos.
Por todo ésto es interesante descubrir en este hombre, tal y como lo dice *Hch 11, 24* , que las notas de un verdadero cristiano es ser como él: _»un buen hombre lleno de Fe y del Espíritu Santo»._ Alguien que asume su herencia paterna no para aferrarse al pasado, sino para llevar a plenitud la fe de sus padres; alguien que es capaz de guiar en la fe a toda una comunidad; alguien que es capaz de dejarlo todo por seguir la vocación específica de la Misión fuera de las propias seguridades y alguien que no hace de un desacuerdo una excusa para formar una Iglesia de acuerdo a sus propias ideas.
Aprendamos de él y descubramos que los Apóstoles originales nunca cayeron en el error del Sectarismo y que – por tanto – ni en ese tiempo ni en éste será válida ninguna excusa para hacer Comunidades separadas, porque nadie puede ser plenamente Cristiano si no es Católico y nadie puede ser plenamente Católico si no es Cristiano.
*Ppara compartir:*
1.- ¿Estás respondiendo a tu vocación cristiana con generosidad?
2.- ¿Estás respondiendo a tu vocación específica con entrega y decisión?
Elaborado por:
P. Christopher Cortés, mfc