Apologética en la Liturgia de la Palabra
Martes, II Semana de Pascua. Ciclo A
Lecturas del día: Hch 4, 32–37; Sal 92, 1ab. 1c-2. 5; Jn 3, 7–15
Comentario:
De la Liturgia de hoy, pongamos sobre la mesa algunas notas útiles para la defensa de la fe:
¿Los primeros cristianos cobraban diezmos a la gente?
¡No, en absoluto! Tampoco andaban acusando de ladrones a los que no entregaban sus diezmos. No solicitaban porcentajes; más bien, se daban a sí mismos: “La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común” (Hch 4, 32).
Los dirigentes de las sectas tergiversan este texto para quitarle los bienes materiales y el dinero a las personas; pero no hacen lo que ordena el Señor, de poner todo en común para beneficio de todos; sino que se lo quedan personalmente para amasar fortuna.
Dicen no hay nada sobre tener imágenes en el Nuevo Testamento
¡Tal vez lo ignoran o lo eluden! Nótese en el evangelio de hoy que, lo dicho por Jesús a Nicodemo, apunta a la imagen de la serpiente de bronce mencionada en Ez 9, 4-6.
Esto dijo el Señor:
“Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, y entonces todo el que crea en Él tendrá por Él vida eterna” (Jn 3, 14-15).
Si la doctrina de Cristo fuese la misma de las sectas protestantes le había dicho así a Nicodemo: ”Para nacer de nuevo al Reino de Dios debes deshacerte de las imágenes, pues ellas no sirven para nada sino para ponerte en peligro de idolatría”. ¿Le dijo así a Nicodemo? ¡No, en absoluto! Todo lo contrario. Jesucristo se sirvió de una escultura hecha en bronce por Moisés para evangelizar a Nicodemo. Así procede la Iglesia Católica para evangelizar a las naciones. Y no solo la usó como ejemplo para evangelizarlo, sino que la comparó y la relacionó consigo mismo.
Para compartir:
1.- ¿Es bíblico el cobro obligatorio del diezmo del salario de las personas en las denominaciones protestantes?
2.- ¿Es lo mismo evangelizar con imágenes que sin imágenes?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc