Lunes, III Semana. Tiempo Ordinario.
Comentario:
De los ambientes donde dicen tal cosa he visto escenas donde se postran en el piso abrazando los pies de sus líderes. ¿Cómo es que no denuncian dichas conductas si las catalogan de idolátricas? De todos modos, vayamos a la pregunta: ¿postrarse ante un siervo, un ministro de Dios, o una imagen cristiana, es idolatría?
Vayamos a la primera lectura de hoy, tomada de 2Sam 1, 1-4. 11-12. 19. 23-27. Uno del ejército de Israel, luego de la batalla, llegó y se postró ante el Rey David, quien no lo insultó o reprendió diciéndole idólatra, sino que más bien le pidió que le contara todo lo que había ocurrido en el campamento israelita. Y el rey David se desgarró sus vestiduras, no porque el soldado estaba postrado ante él, sino porque le había dado la dolorosa noticia de que el rey Saúl y su hijo Jonatán, que eran sumamente amados por él, habían muerto en una batalla.
¿Qué aprendimos hoy?
Que la postración ante siervos de Dios, hoy y en cualquier época, significan reverencia, respeto, honra, y tiene en la Biblia respaldo bíblico: un soldado se postró ante los pies de un ungido de Dios, el rey David, y no le estaba incurriendo en idolatría.
Pregunta para compartir:
¿Dónde es que ocurre la idolatría?, ¿en las rodillas, o en la decisión de una persona declarar Dios a quien no lo es?
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc.
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