III Domingo del Tiempo Ordinario
Hoy en día muchos de los hermanos esperados nos confrontan afirmando la irrelevancia de las obras en el plan de salvación, esto no es nada nuevo, el mismísimo Martín Lutero se pregunto una vez ¿Como el hombre llega a la seguridad de estar salvado? Y llega a la conclusión de que la salvación es sólo por la fe.
El católico cree firmemente en que la salvación es otorgada por la fe demostrada con obras (Santiago 2, 14).
La primera lectura del día de hoy (Jonás 3, 1- 5. 10) viene en nuestro auxilio a confirmarnos la necesidad de las obras para la salvación del alma.
El señor envía a Jonás a la ciudad de Ninive a predicar la destrucción de esta ciudad, los Ninivitas creyeron tuvieron fe en las palabras que Jonás decía en nombre de Dios, pero no sólo eso sino que obraron para buscar la salvación, decretaron un ayuno en toda la ciudad. Creyeron y Obraron para alcanzar la salvación ya lo dice Santiago:
«La fe sin obras es una fe muerta»Santiago 2, 26
Elaborado por:
Luís Ángel Peñaloza