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Liturgia<📖>Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
Jueves de la I Semana de Cuaresma
Fecha: 14 de marzo de 2019Comentario; Durante las lecturas de este día Est 4,17n. p-Rl. aa-bb. gg-hh (14,1.3-5.12-14) y Mt 7, 7 – 12, podemos escuchar tanto la Oración confiada de la Reina Ester hacia Dios antes de presentarse ante su esposo el Emperador Persa como la invitación a la confianza hacia Dios en la oración, basados en su bondad y en que es nuestro Padre.
En este sentido, una de las cosas que ha causado revuelo en los últimos años es el uso del verbo «declaro» durante la oración que algunos hermanos cristianos realizan, y conviene entender lo que esto quiere decir para no juzgar desde la ignorancia ni imitar irreflexivamente desde la fascinación absurda.
Declarar es entendido y utilizado de 2 maneras: por un lado, significa que, basados en las afirmaciones de la Palabra de Dios, – al orar – las personas confían en que el Señor cumplirá sus promesas de Salvación; por lo tanto significa orar confiando en Dios y en su Palabra. Tristemente también, muchos al orar ocupan el verbo «declarar» para hacer una serie de afirmaciones teniendo más pinta de palabras mágicas que de confianza humilde en Dios y su Palabra. Por éso, el problema está en la forma en cómo el verbo «declarar» es usado en la oración y – más aún – lo que se pretende con él.
De hecho, en nuestra liturgia tenemos oraciones de súplica y de «declaración», por ejemplo: todas las fórmulas sacramentales, cuando el sacerdote dice «Yo te bautizo», «Yo te absuelvo», «Esto es mi Cuerpo…» está haciendo declaraciones basado en la Palabra de Dios y en la potestad de orden que ha recibido.
Por lo tanto, aprendamos a orar con fe, declarando nuestra confianza en Dios y en su Palabra y démonos cuenta que al orar no se pueden declarar ni cosas que están contra la Palabra de Dios, ni cosas que la manipulan de forma egoísta.
Que nuestra oración, como la de la Reina Ester, pero sobre todo como la de Jesús, sea una oración confiada en el Amor del Padre sabiendo que – como lo dijera Santo Tomás Moro – aquello que suceda, incluso lo peor a los ojos de los hombres, si proviene de Dios es, SIN DUDA, LO MEJOR.
Preguntas para compartir
1. ¿Oras con fe y humildad ante Dios?
2. ¿Qué cualidades podrías aprender de la oración de otros hermanos cristianos y qué peligros o excesos evitarías?
Elaborado por:
P. Cristopher Cortés, mfc