(Diálogo inspirado en el encuentro
entre el Etíope y Felipe en Hch 8, 26-40)
FELIPE: CRISTO es el CENTRO… el ALFA y la OMEGA… (Ap 1,8; 21,5-6), el primogénito de toda la creación y en Él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra (Col 1,16); abroga lo primero para establecer lo segundo (Hb 10,9) y no vino a abolir la antigua ley sino a darle pleno cumplimiento… (Mt 5,17-48). Para ser cristianos auténticos debemos dar el paso para pasar el puente del Antiguo al Nuevo Testamento y hacer nuestro punto de partida en CRISTO. Todo por Cristo, con Él y en Él.
ETÍOPE: ¿Pero todo esto qué tiene que ver con el día de precepto?
FELIPE: Es fundamental para el cristiano que la piedra angular de su relación con Dios sea Jesucristo y no la ley mosaica, y esto pasa también por decidir cuál es el día que un cristiano ha de guardar, si es el sábado o el domingo. Respecto al sábado el mismo Jesucristo comenzó a marcar distancia y superioridad (Mt 12,8; Mc 2,23-28; 3,1-6; Jn 5,18; 9,14), y a sus discípulos Pablo les advirtió para que nadie los viniera a criticar por no observar el sábado (Col 2,16-17).
ETÍOPE: Voy entendiendo todo con claridad. El que recibe a Jesucristo debe seguir fielmente lo que sus primeros discípulos hicieron y no lo que hacían los fariseos y los escribas, la antigua Ley.
FELIPE: Exactamente, amigo Etíope. Después de la Resurrección (base de nuestra fe) los discípulos tomaron el primer día de la semana para congregarse y allí hizo Jesucristo su aparición frente a ellos (Jn 20,19.26). En Hch 20,7 y en 1Cor 16,2 los encontramos de nuevo tomando ya el domingo como día de reunión para el nuevo sacrificio: la fracción del pan.
En Lc 4,16 está bien claro que la intención del pasaje bíblico no es la de hacer énfasis en la asistencia de Jesucristo los sábados a la sinagoga, cosa que es obvio que la hiciera como judío (Gn 2,1-3; Ex 20,8-11), sino que justamente estaba anunciando que estaba aconteciendo en Él y con Él mismo un punto de llegada y un punto de partida en la historia de la Salvación; un cambio de etapa, de ciclo: en Él estaba haciendo llegada y presencia el cumplimiento de las Escrituras. De ahora en adelante todos deben centrarse en él y mirar al Antiguo Testamento desde Él. También en Hch 13,14-52 hay clarísimas evidencias de esta transición: Pablo y Bernabé iban los sábados a las sinagogas a explicarles las Escrituras a los judíos y a predicarles todo lo que hacían en vano siguiendo la Ley de Moisés, que ahora iban a conseguir creyendo en Jesucristo (Hch 13,38-41). De hecho, el ataque y la persecución que los judíos desataron contra ellos ayuda a inferir que Pablo y Bernabé estaban dejando vacías las sinagogas, pues muchos dejaban el judaísmo y abrazaban la fe cristiana.
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