Aprender a aplicar la Palabra de Dios a los momentos difíciles de la vida, en los tiempos de prueba. La Biblia es la palabra que sale a nuestro encuentro para salvarnos.
Salvarnos significa: “Todo el que escucha las Palabras que acabo de decir y las pone en práctica puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca….” (Mt 7, 24-27).
La palabra no quiere ser inactiva en nosotros, quiere operar en nuestra vida; cuando tenemos dificultades, necesitamos ser levantados, nos invita a salir del poder del odio, del absurdo y experimentar la necesidad de ser salvados, especialmente en tiempos de prueba.
Al tomar la Palabra de Dios te puede pasar lo de San Agustín, en su contexto era un joven culto, cercano a la filosofía, que en la vida le iba bien, pero, un día un amigo le invita a tomar la biblia y comienza a ojear, por curiosidad, algunos pasajes le llama la atención y otros no, algunas palabras le causan extrañeza e incomprensión y descubre hasta palabras mal escritas.
Agustín no tenía ojos para acercarse a la Palabra de Dios, sin embargo, un día estaba en una crisis existencial violenta y así arrodillado toma la Palabra de Dios y encuentra la historia de su propio drama.
Es necesario quitar la soberbia, las pretensiones para poder leer la biblia y así la verdadera antropología termina siendo en lo que está llamado a ser de Dios.
Cuando Agustín tomó la biblia leyó a San Pablo a los Romanos, específicamente sobre «no más desorden » (Rm 6) tomando el texto al azar. Son excepciones porque alguna vez Dios puede usar ese camino para comunicarnos, no debe ser ni la norma, ni la costumbre, era una saeta que se apoderaba de él, que lo estaba buscándo.
También, San Antonio Abad vivió esta experiencia. Conocemos que era huérfano y de muchas posesiones, pero era piadoso, y entrando a misa ese día la Palabra de Dios hablaba sobre: si quiere ser perfecto, “vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme” (Lc 18, 22-23), eso era lo que necesitaba: dedicó su vida a la contemplación.
Por ello, es importante que al tomar la biblia se haga esta oración: «- En algún lugar de esta Palabra, está ese mensaje que quieres que escuche hoy, guíame y ayúdame de esa flecha de amor que lanzaste pero no he recibido».
Por tanto, es muy triste llegar a nuestra muerte y no saber de la biblia, San Bernardo decía: “aprendamos en la tierra lo que sirve para la eternidad”. Es un criterio útil aprender lo que es esencial, porque hay flechas de amor que están en la biblia y hay un mensaje de Dios, que anda buscándote, porque la Palabra tiene su eficacia para darle un vuelco a la vida.
Para compartir
1.- ¿Cuántas veces haz sido consciente de las saetas que Dios te ha enviado buscándote con la Palabra de Dios?
2.- ¿En los momentos de obstinación y confusión buscas de la Palabra de Dios?
Autor:
Pbro. Luis Ortega, mfc