Miércoles, Octava de Pascua.
Comentario:
«Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras». (Lc 24,27)
La liturgia de hoy está inmensamente rica en lo que respecta al testimonio de estos dos discípulos de Emaús, que a medida que Jesús les explicaba las escrituras sentían arder su corazón, pero que a pesar de tener al Maestro a su lado, no lograban reconocerle. Igual que a ellos, nos pasa a nosotros, vamos caminando, transitando por la vida, sin darnos cuenta de que Cristo camina a nuestro lado, que está en medio de nosotros y no le reconocemos. Nos cuesta mucho hacerlo, y quizás por las mismas convicciones y estereotipos de aquellos discípulos. Creemos y queremos milagros maravillosos, situaciones o eventos sobrenaturales, o en última instancia buscan sentirse bien. Y así van de secta en secta, procurando una que llene sus expectativas, y terminan yéndose de su hogar, del rebaño de Cristo, de la Iglesia Maestra que Jesús nos dejó. En el caso de los protestantes ellos se atreven a ir más allá, ante cualquier desavenencia con el pastor fundan una supuesta ´iglesia´ y pasan a ser un grupo de los miles que existentes en el mundo.
Una sola es la Iglesia, una sola es la fe, uno solo el sentir cristiano. La Iglesia católica continúa la misión de Cristo en el mundo. Es ella la que nos ofrece en plenitud los medios de salvación. Jesucristo los entregó a los hombres, mediante los apóstoles. Por tanto ella es ”la base y pilar de la verdad” (1 Ti. 3, 15).
Jesús dejó un representante de su Iglesia, San Pedro (Mt 16,18) y sus legítimos sucesores, para predicar, interpretar y defender su Evangelio contra los manipuladores de la Biblia (2Pe 1, 20; Gal. 1, 8; 2Cor. 11, 13-14). Prometió a sus Apóstoles y a sus sucesores que El estaría con ellos hasta el fin del mundo y que las fuerzas del mal no podrían prevalecer contra su Iglesia (Mat 28, 17-19)
Y eso es comprobable por medio de la historia. Desde San Pedro hasta el Papa Francisco, esta Iglesia ha tenido 266 representantes de Cristo en la tierra, es decir que desde el siglo I hasta el XXI, siempre han existido sacerdotes, obispos y papas. ¿Por qué la jerarquía? San Pablo nos da la respuesta: «Te he dejado en Creta para que arregles las cosas que faltan y para que constituyas presbíteros en cada ciudad como yo te ordené» (Tito 1, 5; 1Cor 11,2: 2Tes 2,15).
Después de más de 2000 años, la Iglesia fundada por Cristo, sigue proclamando y enseñando su doctrina a todas las naciones, así como administrando los sacramentos para que cada alma, miembro del cuerpo de Cristo, no se pierda sino que tenga Vida Eterna. (Jn 3,16)
Pregunta para compartir:
1) ¿Qué signos te permiten descubrir que en la Iglesia Católica Cristo camina con nosotros?
2) ¿Cuáles son los momentos en que acudes a ella?
Elaborada por
Adelina Ruiz Mfc.
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