*Lecturas del día:* Jos 24, 14 – 29; Sal 15; Mt 19, 13 – 15
*Comentario:*
La Palabra de Dios que hoy recibimos nos brinda la oportunidad de tocar un elemento que, a pesar de estar presente en las inquietudes actuales del Magisterio de la Iglesia, no siempre parece tener eco en el conjunto total de los Bautizados, a saber: la Transmisión de la Fe.
Sobre todo, a raíz de la Celebración del Sínodo sobre la Nueva Evangelización en 2012 y la publicación de la Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium» del Papa Francisco en 2013, la llamada a la Conversión Pastoral se vio acentuada de manera fundamental como el llamado de Dios a su Iglesia en este siglo. Y aunque se ha hablado mucho de lo que las Diócesis y Parroquias están llamadas a ser y hacer, parece que se ha diluído la responsabilidad de otros agentes de evangelización como lo es la familia.
De hecho, el conjunto de las lecturas de hoy nos ayudan a descubrir la importancia que tiene la Transmisión de la Fe en la Familia. En el Pueblo de Israel, era y sigue siendo el Padre de Familia el que toma a su cargo la vida de fe del hogar, que forma junto a su mujer y sus hijos. Él es el que los lleva a la Sinagoga y el que los educa en el Camino del Señor. Por esta razón podemos entender por qué Josué hace una Profesión de Fe solemne de la decisión de que él y su familia servirían- adorarían a Yahvéh y no a los dioses cananeos.
De esta manera podemos entender el porqué Jesús también ordena: _»Dejen que los niños se acerquen a Mí y no se lo impidan.»_ No es porque sea una invención de su parte, sino la consecuencia de la fe de aquel que, al creer en Jesús, muerto y resucitado, no se guarda para sí mismo la fe, sino que la anuncia lleno de gozo, compartiéndola en primer lugar con su Familia, especialmente con sus hijos, cumpliéndose de esta forma lo que San Pablo le dijo al carcelero de Filipos: _»Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu familia» (Hch 16, 31)_
Por tanto, la Transmisión de la Fe en los hogares requiere, en primer lugar, de padres de familia que habiendo tenido un Encuentro con Jesús y en un camino de conversión, evangelicen a sus hijos por desborde de convicción, testimonio de caridad, vida de gracia y anuncio de palabra . De esta forma, ni el pretexto de dejar en libertad a los hijos para que elijan de grandes qué fe asumir, ni la falsedad de que el bautismo de niños es antibíblico, son argumentos válidos para que los padres no evangelicen, bauticen y formen a sus hijos. Si en las familias no es el primer lugar en donde se vive el proceso evangelizador misionero, difícilmente se hará en los demás ambientes.
Dejemos atrás la pereza, la incredulidad y la negligencia en la evangelización de nuestros hogares y que nuestros corazones encendidos comiencen a encender los de nuestra familia.
*Preguntas para compartir:*
- _Más allá de quejarnos ¿Qué podemos hacer por la Evangelización de nuestras familias?_
- _¿Existe Pastoral Familiar en tu Parroquia? ¿Qué ofrece?_
*Elaborado por:*
Christopher Cortés, mfc
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