Apologética en la Liturgia de la Palabra
Fecha: 09 de enero de 2021.
Feria de Navidad.
Lecturas del día: 1Jn 4, 11-18; Sal 71; Mc 6, 45-52.
Comentario:
“Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios mora en él y él en Dios.” (1Jn 4, 15)
¿Qué pasa si este versículo se lee aisladamente del resto de la Biblia? Fácilmente se terminan justificando conductas equivocadas y contradictorias a las mismas enseñanzas del evangelio, ignorando que, al final de la vida, se nos juzgará por el amor, por las obras (cf. Mt 16, 27; 25, 31-46; 2Cor 5, 10; Stgo 2, 14-22); y no nos podremos justificar ante Cristo diciendo: “yo predicaba en tu nombre,” “yo oraba mucho con canciones cristianas,” “yo leía mucho la Biblia”.
Interpretar de modo aislado y literal 1Jn 4, 15, deja en el lector la impresión de que con solo declarar que “Jesús es el hijo de Dios” u otras consignas semejantes, ya Dios permanece en él y él en Dios; pero, si avanza hasta el final del capítulo, se dará cuenta que eso no es así: “Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.” (1Jn 4, 20)
Para el autor no existe el amor fraterno sin la fe en Cristo, y no existe la fe en Cristo sin el amor fraterno. Y como condición para la comunión con Dios, no necesita el autor mencionar sino una de ambas cosas. La asociación, que aparentemente es sólo externa, entre la fe y el amor por el paralelismo de los versículos 12 y 15, va revelándose cada vez más como una íntima trabazón. El v. 15, según la mente del autor, pertenece absolutamente -lo mismo que el v. 12- a este contexto. Ambos versículos juntos ofrecen un único enunciado.” (1)
Una de las formas como se ha venido deteriorando el testimonio del evangelio es el divorcio entre fe y vida, entre lo que decimos y hacemos. Estamos en una época donde impera y se absolutiza el sentimentalismo y todo se justifica y se vuelve “bueno” con tal que genere ingresos de dinero o haga sentir bien a las personas, y donde la dictadura del relativismo hace difícil saber qué es la verdad.
Esta afectación se encuentra igualmente entre católicos y protestantes. El supermercado de miles de organizaciones religiosas que crecen al margen de la Iglesia Católica haciéndose llamar “cristianas”, “evangélicas”, e, incluso “católicas”, ha traído la dificultad para las grandes mayorías de no saber, a ciencia cierta, cuál es el modo de vivir y cuáles los deberes y compromisos para quien quiera vivir de modo auténtico la Fe. Por eso hay tanta gente que cree que ya está salva, que ya tiene el cielo asegurado, con solo hablar de Cristo, asistir a reuniones o hacer proselitismo; y, en el trato con los que piensan distinto, calumnian, son intolerantes y agresivos.
Fuente:
1] ‘El Nuevo Testamento y su mensaje’; Comentarios; e-Sword – the Sword of the LORD with an electronic edge.
Para compartir:
1.- ¿Por qué la confesión de la fe y el amor al prójimo son inseparables?
2.- ¿Qué peligro y consecuencias conlleva el divorcio de estas dos condiciones?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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