A la apatía nunca hay que seguirle la corriente, porque derriba a quien la abraza. Pero, cuando ya está allí en nuestras vidas o alrededor, ¿cómo se le contrarresta?
Evaluar hace crecer:
Cuando se dice que hay apatía en los integrantes de un grupo, de un equipo de trabajo, de una institución o una comunidad, es porque hay síntomas de una necesaria revisión estructural del servicio que se ofrece, y más aún, de quien (es) ofrece (n) ese servicio: objetivos y estrategias, compromisos, actitudes, descuido de responsabilidades, falta de liderazgo, incapacidad para ejercer el servicio, pasividad e indolencia ante las enfermedades espirituales del pueblo de Dios. Será muy útil, para divisar el camino a andar, hacer un análisis del diagnóstico de la situación haciendo un listado de cada uno de estos cuatro indicadores de evaluación: Fortalezas; Oportunidades; Debilidades y Amenazas. A las Fortalezas las has de potenciar, a las Oportunidades, aprovechar; a las Amenazas, neutralizar; y a las Debilidades, corregir o sanar.
Renovación del Recurso Humano:
No debe entenderse, necesariamente, como cambio de personas; retirar a unos para poner a otros. No. Se trata, en primer lugar, de una renovación interna, como personas, de quien (es) está (n) al frente, limpiando el óxido de actitudes inadecuadas, costumbres, rutinas, procedimientos, métodos, entre otros.
La atención y fortalecimiento del recurso humano que dirige una labor que relacione a varias personas es fundamental. Recomiendo leer la preciosa obra escrita por el papa Francisco en el año 2013, la exhortación apostólica «Evangelii Gaudium». Este documento es muy fácil de obtener en internet o en cualquier librería católica.
Si las cosas no te están saliendo bien no significa, necesariamente, que no sirvas para la tarea que tienes encomendada. Eres un ser humano, hábil y apto por Dios para las transformaciones, para la renovación interior, para experimentar en tu propia vida la alegría del Evangelio y descubrir que, en manos de Dios y de su Gracia, Él puede hacer a través de ti grandes obras admirables, a pesar de que muchos – y tal vez tu también – piensen que eres la piedra o pieza que se debe desechar (cf. Mt 21, 42).
La exhortación «Evangelii Gaudium» es toda una obra maestra del Espíritu Santo para traer renovación y vida allí donde se siente apatía y abandono, frustración y fracaso, sobre el todo, si se internaliza hasta hacer vida la espiritualidad de conversión que recorre los cinco pasos de toda acción evangelizadora que se describen en el numeral 24 de la Exhortación: PRIMEREAR, INVOLUCRAR, ACOMPAÑAR, FRUCTIFICAR Y FESTEJAR. La lógica es muy sencilla: una cosecha será según lo que se siembre, y cómo se siembre.
Aunque ésta es una obra escrita por el papa Francisco para impulsar la renovación y el fortalecimiento de la Iglesia, sin embargo, es una providencial ayuda para todo aquel que quiera refrescar y rejuvenecer una institución, una organización, una actividad social, un equipo de trabajo.
Para compartir:
1-. Si todas las personas que tratas a diario son como una empresa u organización en la que tú eres el presidente o dueño, ¿por qué es tan necesaria la renovación y actualización permanente de quien la dirige para que todo mejore y progrese?
2-. ¿Qué valor y utilidad tienen, para superar la apatía, aplicar en las relaciones humanas los 5 elementos o requisitos que el Papa Francisco pide aplicar en toda evangelización?
Autor:
Pbro. Héctor Pernía, mfc