Apatía y servicio a los demás
La apatía es una situación que padecen con mucha frecuencia quienes tienen que prestar un servicio a los demás; bien, porque son ellos quienes andan apáticos a sus compromisos, o, porque no encuentran receptividad de parte de los destinatarios. Se dice ‘hay apatía’ cuando se siente que las cosas no están saliendo bien.
En momentos así saltan a flote las emociones; y, si no se las controla, terminarán por descontrolar, incluso, lo que ya se tiene logrado o bajo control.
Busca el equilibrio y el control, desde la fe y la razón, de las decisiones definitivas que tomas, de los proyectos que construyes; y de las emociones. Éstas últimas, tenlas en vigilancia, supeditadas al Proyecto de Vida que Dios te haya encomendado; porque los sentimientos, solos, son volátiles; y, si ellos son quienes ordenan lo que haces, en un instante puede echarte a perder todo.
Los sentimientos son como viento en las velas de un barco, que puede aparecer o atenuarse con los vaivenes de la vida, y cambiar de dirección si el barco no tiene brújula, timón o destino. Los vientos, son las emociones; la brújula y el destino del viajero, representan la fe y la razón. No deben ser los vientos quienes dirijan el barco, sino la dirección que el navegante tomó al iniciar la navegación. Si no hay viento, es decir, si las emociones se te alteran y los sentimientos de motivación se te acaban o se te apagan (apatía), puede que tengas que remar a punta de Fe y Razón, (fidelidad a tus convicciones y oración); porque así, cuando vuelva el viento de la motivación, el viento te encontrará en la disposición y dirección correcta y te llevará a buen destino.
Para compartir:
1-. ¿Cómo suelen actuar las personas cuando no tienen gobierno de sus emociones sino que se dejan, simplemente, gobernar por ellas?
2-. Enumera algunas tareas o actividades que ayuden a fortalecer el gobierno de la razón y la fe sobre los sentimientos y las emociones.
Autor:
Pbro. Héctor Pernía, mfc