*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
21 de septiembre
Miércoles, XXV Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C
San Mateo, apóstol y evangelista. Fiesta.
*Lecturas del día:* Ef 4, 1–7. 11–13; Sal 18, 2–5; Mt 9, 9–13
Comentario:
¿Sientes necesidad de aprender a distinguir quién es cristiano y quién proviene de una secta? Presta atención a las claves que nos trae san Pablo hoy en la primera lectura:
▪️ Humildad: obediencia a la Verdad
Examina si se trata de personas que examinan su doctrina; fíjate si van tras la verdad o las conveniencias; si en el lugar donde se reúnen se atribuyen, o no, títulos, oficios, ministerios o facultades pastorales sin reconocimiento y envío por parte de las autoridades eclesiásticas correspondientes (cf. Ga 1, 6-20; 2, 1-9; Hb 13, 7-9).
▪️ Transparencia y testimonio
Observa si llevan una vida coherente y propia de la vocación a la que han sido llamados; si su supuesto pastor vive para salvar almas o para amasar poder y fortuna imponiendo diezmos, ofrendas, primicias o pactos; y, si dan ejemplo constante de mansedumbre y paciencia (cf. Ef 4, 2).
▪️ Espíritu de comunión
Verifica si en ellas se trasluce a toda hora su celo y su desvelo por construir y salvar la unidad entre todos los bautizados; no a la fuerza, sino mediante el vínculo de la paz (cf. Ef 4, 3).
▪️ Unidad y pertenencia al Cuerpo de Cristo (Ef 4, 4)
Verás un verdadero cristiano, allí donde encuentras a quien, al enterarse que el Cuerpo de Cristo es la Iglesia *(cf. Ef 1, 22)*, sale en búsqueda de dicho Cuerpo, se adhiere, se une a Él, y en Él permanece. Lo busca en la Eucaristía y al alimentarse de Él, exclama: “¡Cristo permanece en mí y yo en él!” (Jn 6, 56).
▪️ “Hay un solo Señor” (Ef 4, 5).
Es cristiano aquel que aprende, que Cristo no anda dividido ni bendice a quienes le despojan doctrinalmente, tal como los soldados que le despojaron de sus vestiduras. Comprende que no puede andar diciéndole “Iglesia”, “culto”, “pastor”, “cristianos”, “evangélicos”, “apóstoles” e, incluso, a “obispos” y “sacerdotes”, a cuanta novedad aparezca con esa vitrina de exhibición. Se instruye para llamar a cada quien por su nombre, y exponer la lámpara de la Verdad sobre la mesa (cf. Mt 5, 14—16).
▪️ Profesa la misma fe de la Iglesia (Ef 4, 5)
No, la fe de la “iglesia” que queda a pocos metros de su casa, ni la de quien dirige aquel improvisado lugar de reunión al que afuera le ponen un cartel o anuncio de “nueva iglesia” que surgió en tal sitio. No vayas detrás de advenedizos e iluminados de última hora. Camine sin distraerse, tras la búsqueda del conocimiento y la fidelidad a la fe que te una a la Iglesia apostólica y primitiva, a la fe de la Iglesia que durante siglos se edifica y construye sobre la Roca y Cátedra elegida por Cristo: Pedro (cf. Mt 16, 18).
▪️ Es fiel a un único bautismo (Ef 4, 5)
No se cambia de bautismo porque no puede romperse la alianza que le unió con Dios, aunque ésta haya ocurrido en la más tierna infancia, porque Dios a los ocho días de nacido (cf. Gn 17, 9-14), estableció en rito de la unión y pacto de Alianza entre una persona y Él. Aquél rito antiguo prefiguró y anunció el nuevo, el santo bautismo (cf. Col 2, 11-12). Di “Amén”, al bautismo de niños, y sé fiel a ese “Amén”, hasta la eternidad.
Para compartir:
1.- ¿Cuáles de estas señales te identifican como persona creyente en Cristo?
2.- ¿Qué crecimiento y maduración en la fe te ha dado la enseñanza de esta publicación?
Elaborado por:
P. Héctor Pernía, mfc
