Apologética en la Liturgia de la Palabra
Miércoles, XVI Semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C
Lecturas del día: Jr 1, 1. 4-10; Sal 70; Mt 13, 1-9.
Comentario:
El texto evangélico de hoy nos trae un aporte apologético muy peculiar. Su enseñanza es base para que podamos los cristianos y no cristianos comprender lo que aconteció en la humanidad e historia de la Salvación, con la Encarnación del Hijo de Dios en el mundo.
La predicación de la parábola del sembrador podríamos entenderla, como una invitación a los pueblos de las Doce tribus de Israel a acudir a Dios que ha venido a sembrar en los corazones la semilla de la Vida eterna que, por el pecado de nuestros primeros padres, perdieron.
La semilla de la Salvación, el Señor, la regó generosamente sobre Israel; pero, muchos, como el Sanedrín, se portaron de modo áspero, indiferente y agresivo ante la Semilla; y algunos, como los Apóstoles y muchos discípulos más, sí le acogieron. En ellos están retratados los diversos tipos de terreno descritos por Jesús en la parábola: unos como el terreno pedregoso; otros, como el espinoso; y, otros, como el borde del camino. Los primeros, despreciaron el don de la GRACIA presente en Cristo, y prefirieron seguir atados a preceptos que no son capaces de justificarles ante Dios (cf. Hch 13, 38; Gal 2, 16. 21; 3, 10-13); los segundos, reconocieron que fueron liberados del yugo de la Ley antigua con todos sus preceptos (cf. Ef 1, 22-23; Col 2, 14; Rm 7, 4-7) y que, por fe y la gracia de Jesucristo, mediante el bautismo, fueron convertidos en criaturas nuevas.
En el primer grupo, los terrenos reacios y resistentes a la buena semilla que para ellos Dios también quiso regar, está representado en aquellos judíos de Antioquía mencionados en el capítulo quince de Hechos de los Apóstoles, que pretendían ser discípulos de Cristo mientras, a la fuerza, persistían en su objetivo de quererle imponer a los cristianos la circuncisión.
Acaso, ¿no quedan incluidos en este grupo de suelos rebeldes, los que en esta generación, también se presentan como supuestos cristianos o evangélicos que abrazan y acogen a Cristo, pero, son rebeldes a la obediencia a los mandatos y ministros puestos por Cristo en la tierra y frente a la Iglesia?
Para ser buen terreno que no frustre ni desperdicie la semilla venida de Dios, el miembro de cualquier Secta debe emigrar del sectarismo y acoger con alegría pertenecer a la fe que le proveerá de la plenitud de los medios para salvarse.
La parábola del sembrador anuncia que Dios puso su morada entre los hombres y abrió generosamente sus brazos para acoger en su regazo a todos los pueblos. Por eso, no discriminó ningún tipo de suelo; sino que, a todos los pueblos, por igual, les hace llegar una misma doctrina, un mismo evangelio, una misma Iglesia, una misma cabeza pastoreando todo el Rebaño con la autoridad y el poder de Cristo. Es decir, la misma semilla regada en cada terreno diferente, es otra evidencia más de la catolicidad de Dios y de la Iglesia que Dios encomendó para que continuara la siembra hasta cubrir los pueblos de todo el orbe.
Para compartir:
1] ¿Qué semejanza hay entre las personas que integran las sectas y los terrenos reacios a la Palabra, según el texto evangélico de hoy?
2] ¿De qué maneras, también hay católicos que actúan ante el Evangelio igual que en las Sectas?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc