Liturgia<📖>Apologética
De la Liturgia de la Palabra
4ta. Sem. de Adviento
Comentario:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». San Lucas (1,39-45).
El evangelio (Lc 1,39-45) de la Liturgia de hoy, nos ilumina acerca del trato a nuestra madre del cielo: La virgen María. Se muestra allí un acontecimiento que no podemos ignorar y que ha de ser punto de identidad de todos los cristianos; María es considerada por el Espíritu Santo, “bendita entre las mujeres”, y, en adelante, “Bienaventurada” por todas las generaciones. Entonces ¿Cómo es posible que nuestros hermanos esperados denigran y desdicen de nuestra madre celestial?, ¿No se consideran parte de las generaciones?, ¿Acaso creen en verdad que Dios usa a las personas y luego las execra?. Son interrogantes que han de interpelarnos para acercarnos a la Verdad Divina. A la concepción real de lo que significa ser fiel a la voluntad de Dios.
Y en correspondencia a esta voluntad, Isabel llena de gozo del Espíritu Santo, reconoce a la madre del Salvador y su pequeñez ante esta gran mujer que la visita. Y no sólo ella, el Bautista, se alegra también por su presencia. María es un ícono de fe, de servicio y de sumisión a la voluntad de Dios. Y su prima admira que haya creído en Él. Que aún sin saber como sería el Plan Divino ella da su Fiat sin dudar, porque por gracia de Dios, se considera, desde un principio, la esclava del Señor.
Y María por su parte, canta las grandezas de Dios con ese himno, el Magnificat, que destaca y condensa su amor, su misericordia, su forma de actuar por los siglos de los siglos.
Juan Pablo II, en su Carta Apostólica sobre la Dignidad y la Vocación de la Mujer (DVM), escrita en 1988, dice, refiriéndose a María: “Precisamente aquella ‘mujer’ está presente en el acontecimiento salvífico central, que decide la ‘plenitud de los tiempos’ y que se realiza en ella y por medio de ella” (DVM 3). Es decir, para nosotros, los cristianos, ella es “bendita entre todas las mujeres”.
Preguntas para compartir:
1) ¿Cómo rindes tributo a la madre de nuestro Salvador?
2) ¿La consideras ícono de identidad cristiana? ¿Qué virtudes conoces de la Madre de Dios?
Elaborada por:
Adelina Ruíz Mfc
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