Viernes, XXIII Semana del T. Ordinario
*Lecturas del día:* 1Cor 9, 16–19, 22–27; Sal 83, 3–6, 12; Lc 6, 39–42
*Comentario:*
Tenemos en la Liturgia de la Palabra de hoy una excelente ocasión para mostrarle al lector el peligro de irse tras denominaciones y grupos que se apartaron de la Iglesia Católica y se inventaron su propio modo de correr hacia Cristo para hallar la salvación y la vida eterna:
Mostraré primero lo que piensan y creen en muchas sectas, y luego lo que enseña y dice la Palabra de Dios:
*Sectas:* _“¿Ya soy salvo, y en adelante no tendré pecados porque Cristo ya murió por todos?”_
*Palabra de Dios:* _“Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible. Así pues, yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío, sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado”_ *(1Cor 9, 25-27)*
Por humanos, tendremos siempre a la fragilidad como compañera de camino, y por ella, la propensión a caer en el pecado, la tarea de luchar para vencer las tentaciones y alejarnos de las ocasiones de pecado; por eso, no podemos estarnos creyendo ya listos y con el ticket en mano para entrar al cielo.
*Sectas:* Dirigidas por falsos pastores en desobediencia a la Iglesia fundada por Cristo y separadas de la Sana Doctrina y de los Sacramentos.
*Palabra de Dios:*
_“¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Cada árbol se conoce por su fruto. No recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas”_ *(Lc 6, 39. 43)*
Veamos, a modo de ejemplo, algunos frutos de Cristo que los falsos pastores no pueden darle a sus seguidores: la Eucaristía y la Confesión.
Los falsos pastores no pueden darle de comer a las personas el Cuerpo y la Sangre de Cristo de modo real, ni tampoco pueden absolverlas de sus pecados, incluso, ellos mismos no creen en eso y confiesan que no existe. No pueden dar los frutos del árbol de la vida, Jesucristo: _“Tomad y comed, esto es mi cuerpo; tomad y bebed esta es mi sangre”_ *(Mt 26, 26-28);* no pueden derramar sobre ellas el torrente purificador de la sangre de Cristo para lavarles de sus pecados, que luego de su resurrección, Cristo encargó a sus Apóstoles, cuando les dijo: _“Como el padre me envió, también yo los envío”. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados les quedarán perdonados, a quienes se lo retengan, les quedarán retenidos”_ *(Jn 20, 22-23)*
*Serán descalificados el día que terminen su carrera en esta vida*
El trofeo que lleven en sus manos, será el de su propia condenación, cuando Cristo los descubra infieles y adúlteros en la fe, diciéndoles: _“¿Por qué me llamáis: “Señor, Señor”, si no hacéis lo que yo le digo?”_ *(Lc 6, 46)*
*Para compartir:*
1.- _¿De qué modo las sectas no obedecen ni hacen lo que Jesús manda?_
2.- _¿Por qué ningún cristiano puede confiarse de tener ya asegurada su salvación?_
*Elaborado por:*
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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