¿Qué debe hacer la persona afectada?
En el adulterio la parte afectada debe examinarse a sí misma y darse cuenta que probablemente tiene gran parte de la responsabilidad en esa caída; si descuidó su vida espiritual y la de su cónyuge. De ese modo, no debe victimizarse sino, con humildad, decir:
«Yo he sido parte de la culpa, así que en lugar de señalar con del dedo acusador a mi pareja por la traición que me hizo, repararé mis fallas, mis equivocaciones, y haré bien mis deberes para con Dios para que las cosas con el prójimo (mi pareja y mis hijos) más inmediato me salgan mejor que antes».
Por este camino, sus esfuerzos no serán en vano, sea cual sea el resultado en la relación; porque, al ocuparse en corregir las propias equivocaciones y cambiar para mejor la propia relación con Dios y con los demás, en lugar de echar en cara a su cónyuge sus infidelidades, se hará violencia a sí mismo extirpando de su vida personal lo que no es de Dios, y verá el fruto de grandes bendiciones. Insisto, sea cual sea el resultado final que tenga el conflicto generado por el adulterio: si la persona afectada se enfoca en mejorarse a sí misma en su alianza con Dios, todo al final habrá contribuido para su bien y el de sus hijos.
Según el psicólogo Octavio Escobar, tanto hombre como mujer deben hacer un esfuerzo por mirar de modo objetivo el hecho del adulterio y comprender lo siguiente:
«Ni la esposa es dueña de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposo; ni el esposo es dueño de su propio cuerpo, puesto que pertenece a su esposa (cf 1Co 7, 3-5). Es decir, ahí ya no puede, como esposo entregarle su cuerpo a nadie diferente a su esposa. Ni puede negarse a su esposa. No se nieguen el uno al otro a excepción si se (…) [encuentran ocupados en algún retiro o actividad dedicada a la oración o al crecimiento espiritual]. [Han de decir:] «Vamos a orar y nos prometemos durante estos días no tener relaciones sexuales». Después deberán volver a juntarse. No sea que, por no poder dominarse, Satanás los haga pecar. El peligro de la lujuria es para el varón. La mujer empuja al adulterio al varón cuando se niega. La mujer, si se niega, está presionando al marido a pecar. Porque se sabe que el marido es más débil a la lujuria. Esto explica por qué muchos maridos son adúlteros. El 50% de responsabilidad se le atribuye a la esposa. Y 50% a la vagabundería del hombre. La mujer al negarse a su marido lo empuja a la lujuria».
1.- La solución del adulterio comienza por la humildad de la parte que se siente afectada y ofendida. ¿Por qué?
2.- ¿De qué causas provienen los fracasos matrimoniales y qué desventajas tienen las parejas que viven sin vivir los Sacramentos?
P. Héctor Pernía, mfc
El contenido fue tomado de la ‘Guía de Auxilio Espiritual,’ elaborada por el mismo autor de esta publicación.