VII día de la octava de Navidad
Lecturas del día: 1Jn 2, 18–21; Sal 96, 1–2, 11–13; Jn 1, 1–18.
Comentario:
El abuso desmedido de las alteraciones que los Testigos de Jehová hacen de la Biblia lo podemos apreciar en el inicio del evangelio de Juan. Veamos, primero, la forma original y, luego, la versión de ellos:
- [Biblia de Jerusalén] = “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.” *(Jn 1, 1)*
- [Biblia Nuevo Mundo] = ”En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios” *(Jn 1, 1)*
Del VERBO [Jesucristo] la traducción original dice “ERA DIOS,” y los Testigos de Jehová lo cambiaron por: “era un dios.” Eso no es una simple forma diversa de traducir; es toda una abusiva y grave alteración de la fuente que desencadena en conflictos doctrinales que esa misma secta debe, para sus propios seguidores, resolver:
Los Testigos de Jehová son politeístas:
Si a Jesucristo le tienen como “un dios”, ¿en cuántos dioses creen ellos? ¿cuántos dioses tienen? Y no es una crítica infundada lo que se dice de estos hermanos. Ellos mismos lo confiesan en su propia Biblia. Para ellos Jesucristo es un dios como otros dioses. Por ese error caen en el politeísmo. Inventaron el artículo indefinido “un” y, con ello, se enredan doctrinalmente, ya que dejan abierta la existencia de múltiples dioses, con la que se sitúan en contra de la misma fe cristiana que alardean profesar, la cual enseña que existe un sólo Dios *(cf. Dt 5, 7; Ex 20, 3-7; Sal 18, 32)*. Ese error los pone en situación de abierta idolatría, pues, toda persona u organización que crea en varios dioses es idólatra.
Ofenden e insultan a Jesucristo:
Al decir que Jesucristo es sólo “un dios,” y rebajarlo al grado de ponerle con “d” minúscula, por inferencia directa están diciendo que todo culto que se le dé a Jesucristo es idolátrico. Lo ponen al mismo nivel de los falsos dioses, de los ídolos. ¡Qué oscura tiniebla circunda la mente de estos hermanos? ¿Quién les inspirará? De seguro que no es el Espíritu Santo el que les conduce. ¿Y todavía se preguntan algunos por qué no se acepta a los Testigos de Jehová como cristianos?
Nos acompañan e ilustran, a reconocer y adorar la divinidad de Jesucristo, estas hermosas palabras de San Agustín:
”¿Cuál es su grandeza? No la busques en la tierra, sube más allá de los astros. Cuando llegues a las regiones celestiales, oirás decir: sube más arriba. Cuando hayas llegado hasta los tronos y dominaciones, principados y potestades *(cf. Col 1,16)* aún oirás: sube más arriba, nosotros somos meras criaturas; “Todo fue hecho por ella” *(Jn 1,3)* Levántate, pues, por encima de toda criatura, de todo lo que ha sido formado, de todo lo que ha recibido su existencia, de todos los seres cambiantes, corporales o espirituales. En una palabra, por encima de todo. Tu vista no llega alcanzar la meta. Es por la fe que te tienes que elevar, ya que ella te conduce hasta el creador… Entonces contemplarás _“la Palabra que estaba en el principio”…” (1)
Fuente:
(1) San AGUSTÍN, Sermón 293, 5.
Para compartir:
1) ¿Qué consecuencias puede generar la alteración de una fuente en la transmisión de una enseñanza?
2) ¿Qué fundamentos da el evangelio de hoy sobre la divinidad de Jesucristo?
Elaborado por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc