- Liturgia<📖> Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
I Sem. T. Ordinario
Fecha: 17 enero de 2019 -
Comentario: En el mundo, la época, el tiempo, las sociedades en que vivimos muchas veces permitimos que poco a poco se nos endurezca el corazón y que la incredulidad se apodere de nosotros. Cosas que nos influyen día a día: el trabajo, nuestras creencias, nuestra cultura, han calado en muchos en nosotros y progresivamente mucha gente se ha venido apartando de la fe verdadera y ha dado lugar a adulteraciones, nuevas doctrinas, y a todo tipo de manipulaciones en la fe, y se han postrado ante costumbres y modos de vida totalmente apartados al modo de vida de un hijo de Dios.
Por no haber creído en Dios
A muchos ya no les importa creer o no creer; y otros tantos, que intentan seguir a Cristo, se les hace sumamente difícil distinguir entre Iglesia y sectas, entre doctrina sana y doctrinas enfermas, entre pastores y falsos pastores. ¿Y la causa? Primero, no reconocieron los caminos de Dios (cf. Hb 3, 10), se apartaron de la fe recibida (cf. Hb 3, 10), ”la palabra que oyeron no les aprovechó, pues no se compenetraron con la fe de los que la escucharon” (Hb 4, 2) y, luego, seducidos por el pecado (Hb 3, 13), se dedicaron a vivir apartados de la voluntad de Dios.
El tener un corazón duro, malo, nos hace incrédulos ante muchas cosas y nos aparta de Dios (Hb 3, 12). Seguro has visto que por un corazón duro hay gente que no cree en nada de lo que la Iglesia diga o haga: milagros, caridad, etc. Sólo dirigen su verbo hacia los pecados de sus miembros. La dureza de su corazón no los deja ver las cosas buenas que sólo vienen de Dios y nos dan a recordar: “ Mas ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que anduvieron en sus propias deliberaciones y en la terquedad de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante ” (Jr 7, 24)
No encontrarán descanso
Por eso me irrité contra aquella generación y dije: “Por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso” (Hb 3, 14; Sal 95, 11). Es como decir, no tendrán paz en su alma, ahora en la tierra, y luego, en la eternidad. Sigamos atentos los días próximos, en los que la carta a los Hebreos continuará guiándonos sobre este tema de la vida espiritual tan importante: encontrar descanso en Dios.
Preguntas para compartir:
1. ¿Se te ha endurecido el corazón por alguna circunstancia en tu vida?
2. ¿Qué crees que puedes hacer una persona para que su alma y su corazón encuentren el descanso de Dios?
Elaborado por:
Yaidycar Brown, mfc
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