(Diálogo inspirado en el encuentro
entre el Etíope y Felipe en Hch 8, 26-40)
FELIPE: Tanta es la altura y la grandeza que tiene María para un cristiano que hasta el mismo Martín Lutero se desbordó de elogios hacia ella. Esto se encuentra en su Comentario al Magnificat de la Bienaventurada Virgen María. Para él dos cosas fueron claras: en primer lugar, que María Santísima es la Madre de Dios, y en segundo lugar, que nosotros los cristianos debemos rendir honores a la santa Madre de Dios porque ningún otro ser humano ha tenido jamás una experiencia tan singular y especial con el Espíritu Santo como ella. Los primeros reformadores, las iglesias de la Reforma, que devienen del siglo XVI, todas ellas creen en el dogma de la maternidad divina de María. Lutero no era tan mal teólogo, él no iba a contradecir la definición dogmática del Concilio de Éfeso en el 431 d. C.
ETÍOPE: Aunque hay lugares de culto donde hablan bien de la Virgen María, sin embargo, casi nunca hacen predicación sobre ella. ¿Por qué? Pareciera que lo tuvieran vetado o algo así como un tema “tabú”.
FELIPE: Sabemos que muy poco o nada se predica en los cultos del protestantismo sobre la Virgen María tan sólo porque eso les suena a católico. En estos sitios de culto está censurado predicar sobre ella, pero sí lo hacen con total amplitud y pasión sobre hombres que además de hacer muchas obras santas agradables a Dios también cometieron grandes delitos y pecados: David, Moisés, Pedro, Pablo, entre otros.
ETÍOPE: ¿Y cómo debería ser entonces el trato que los cristianos debemos tener con la Virgen María?
FELIPE: Como discípulos de CRISTO nos relacionamos con su santísima Madre de la misma manera como nos lo enseña la Palabra de Dios. Recogemos en las siguientes líneas esos rasgos con que allí la encontramos.
AUXILIO DE LOS CRISTIANOS:
La Sagrada Escritura no deja lugar a dudas de que en María encontramos una poderosa defensora que nos protege del maligno; ella lo domina y lo vence (Gn 3,15; Ap 12,1-17). Aquellos que repudian y retiran a la Virgen María de su vida de oración y de su relación con Dios se quedan luchando solos contra el maligno.
INTERCESORA:
La mejor demostración que las Escrituras nos dan acerca de María como intercesora se encuentra en las bodas de Caná (Jn 2, 3-9). Para este momento no ha comenzado Jesús aún su vida pública y es probable que los sirvientes de la boda no lo conocieran aún como EL MESÍAS; es normal, por lo tanto, que no hayan acudido a Él para pedir su auxilio al ver que el vino se les acababa.
ETÍOPE: Pero en aquella boda estaba María; ella sabía muy bien que Jesús era el Señor, el Salvador,
FELIPE: Ella le conocía plenamente y por eso acude llena de fe y seguridad de la respuesta salvadora de su Hijo. Ella es la mujer atenta, servicial, la gran ama de casa que se da cuenta de que el vino de la fiesta se ha terminado. «Hijo, no tienen vino«. Su intercesión provocó el primer milagro de Jesucristo «y sus discípulos creyeron en Él». En este pasaje se revela que el poder es de Él, la intercesión de Ella.
Lo mismo sucede hoy; ¡cuántos no conocen al Señor, están lejos de Él, no le invocan, no saben que Él es el Camino, la Verdad y la Vida para sus problemas! Pero la Virgen María tiene iniciativa y espíritu de servicio; no espera a que la llamen, Ella está atenta siempre para ayudar, sin importar si sus hijos lo saben, si le piden ayuda, si le dan las gracias o no. Ella acude e interviene, auxilia, intercede, ayuda, presenta ante su Hijo las necesidades de todos los hombres y mujeres. Entonces, si eres discípulo de Jesucristo toma a María como intercesora, porque ella lleva tus necesidades hasta Jesús.
ETÍOPE: ¿Y nosotros podemos interceder por otros?
FELIPE: El mismo Jesucristo lo dijo; cuando nosotros lo hacemos Él está allí acompañándonos: «donde estén dos o más reunidos en mi presencia estaré con ellos»; la Virgen María es Madre de Jesucristo y es obvio que su intercesión es aceptada por Él.[1]
Por otra parte, Jesucristo honra a su madre siéndole obediente y no lo hace por una semana, por algunos años, por una etapa de su vida, sino dentro del misterio de la encarnación; es decir, por todas las generaciones y épocas. Nosotros, los discípulos de Jesucristo, debemos hacer lo mismo que Él.
LA HONRO Y PIDO SU AUXILIO POR MEDIO DEL SANTO ROSARIO:
No hay oración más Bíblica que el Santo Rosario, cada uno de LOS MISTERIOS que comprende nos cuenta una situación sobresaliente de la vida de Jesús y María según el Evangelio.
También están en la Biblia el PADRE NUESTRO (Mt 6,9-13) y la primera parte del AVE MARÍA (Lc 1,28.30).
“EL GLORIA es un canto de alabanza a la Santísima Trinidad.
El Dios uno y trino presente en el bautismo de Jesús: Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,12-16. La Trinidad, principio de los carismas: 1Cor 12,4-6; 2Cor 13,13; Ap 1,4. La Trinidad en la corte celestial: Ap 5,1-6.”[2]
Así pues, el Rosario es una oración más Bíblica que muchas otras oraciones hechas en algunas iglesias.
ETÍOPE: ¿Y por qué se repiten varias veces el Padre Nuestro, el Gloria y 50 veces el Ave María?
FELIPE: En cuanto a la repetición, Mc 14,39 dice que JESÚS repetía muchas veces la misma oración; es más en la Biblia existen muchas oraciones donde hay repetición de frases, ejemplo de ellos son los Salmos 29; 46; 80 y107. Nadie le da Gloria a Dios quitándole Honra a María, pues la Honra de María es la Gloria de DIOS.
MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA:
Etíope, una pregunta te voy a hacer: ¿Si María es honrada en las Escrituras como Madre de Dios y de la Iglesia, entonces tú como discípulo de Cristo qué debes responder?
ETÍOPE: Yo digo AMÉN..!
FELIPE: Y debes decirlo sin dudar; ya que un AMÉN con dudas ya no es amén. No es normal que una mujer le diga otra mujer que está encinta: “eres la madre de MI SEÑOR (mi Dios)”. Isabel trató a María, su prima, como Madre de Dios. En el evangelio de Lc 1,39-45, Isabel, llena del ESPÍRITU SANTO dice: «¡Qué favor que la Madre de mi SEÑOR venga a mí!”. La palabra griega para definir Señor que utiliza Isabel es «Kirios«, que es la misma empleada en la versión griega del Antiguo Testamento para traducir «Adonai«. Cuando una persona habla movida por el ESPÍRITU SANTO es Él quien habla; luego, fue el mismo ESPÍRITU SANTO quien llamó a María “Madre de Dios”.
Por otro lado, el título de María como madre nuestra está presente en Ap 12,17. Luego que el dragón no pudo contra la mujer que dio a luz al Salvador, fue a hacerle la guerra al resto de sus descendientes; aquellos que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesús. Estando en la cruz, Cristo le hace entrega a Juan de su mamá para que éste la reciba como Madre y desde aquel día el discípulo la lleva a su casa (Jn 19,26-27). Ella también sería madre para nosotros, pues en el discípulo está representada toda la humanidad.
ETÍOPE: Si decimos y profesamos que Jesucristo es nuestro mejor amigo, ¿cómo no decirle madre a su mamá?
FELIPE: Ciertamente, esa es una hermosa costumbre que aún conserva nuestro pueblo. Así lo decimos espontáneamente: “la mamá de mi mejor amigo es también mi mamá”.
SIEMPRE VIRGEN E INMACULADA:
“Al llamarla «LLENA DE GRACIA», el Ángel declara que la Virgen María ha gozado de la plenitud del Espíritu Santo, lo que excluye automáticamente el pecado original, ya que si en algún momento María hubiera estado en pecado, aunque no hubiera sido más que por un instante, ya no sería la llena de Gracia. Es por este texto principalmente, que la Iglesia declaró el Dogma de la inmaculada concepción, que siempre habíamos creído, en 1854 y que Ella misma ratificó en Lourdes, Francia, en 1858, al definirse ante Santa Bernardita como «Yo soy la inmaculada Concepción»[3].
ETÍOPE: Felipe, ¿existe en alguna parte de las Escrituras donde diga que la Virgen María tuvo más hijos aparte de Jesucristo?
FELIPE: En ninguna parte de las Escrituras dice que María tuvo más hijos aparte de Jesús. No hay ninguna cita bíblica que diga, por ejemplo, la expresión: “los hijos de María”.
ETÍOPE: Pero entonces, ¿qué significan esas citas bíblicas donde dice que Jesús tuvo más hermanos?
FELIPE: No se puede decir que María tuvo más hijos basándose en aquellas citas bíblicas que hablan sobre los “hermanos de Jesús”. Debemos evitar caer en el error de interpretar al pie de la letra todo lo que se lee y acudamos a una exégesis más respetuosa y responsable de los textos sagrados. Es oportuno aclarar que la palabra hermano significaba tío, primo, esposa, novia, paisano, sobrino, entre otros (la palabra hermano designaba a un miembro cercano al clan familiar).
Veamos casos donde personas que aparecen como hermanos resultan ser realmente sobrinos, primos e incluso esposos; además de otras acepciones.
En el Antiguo Testamento:
1Cró 15,3ss: ¿será posible que una mujer pueda dar a luz a tantos hijos?, ¿qué alguien pueda tener tantos hermanos de sangre? Lev 10,1-4: primos; 2Sam 19,12-13; Ex 2,11: miembros de la misma tribu; Gn 29,15: Tío; Gn 12,5 y 13,8: Sobrinos; Tob 7,12: Esposos.
En el Nuevo Testamento:
Jn 20,17ss: discípulos; Mt 12,50: Hermano en Cristo (“porque todo aquel que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre = todo aquel que cumple la voluntad del Padre entre a formar parte de la familia de Dios”); Mt 5,23: Prójimo.
Mc 6,3: en singular: “el hijo de María”, y la lista del núcleo de familiares cercanos a Jesús (la palabra hermano designaba a un miembro cercano al clan familiar). No dice: uno de los hijos de María. El papá del supuesto hermano de Jesús no era José sino Alfeo o Zebedeo (Mt 10,1-3).
Todas las veces que en la Biblia aparece un ángel anunciando el nacimiento de un hijo siempre es único: Isaac es único (Gn 18,10); Sansón es único (Jue 13,3); Juan Bautista es único (Lc 1,13) y Jesús es único (Lc 1,28-31). ¿Jesús sería la excepción? Y todos los demás son figuras: Isaac es figura de Jesús, Sansón el que va a liberar al pueblo, Juan es el precursor. Todo eso estaba preparando el nacimiento de Jesús. Si los precursores fueron hijos especiales, nacidos como únicas criaturas, imaginémonos que al que estaban esperando viniera acompañado de otros siete. Sería salirnos del esquema. El género de las anunciaciones en la Biblia anuncian el nacimiento de un hijo único.[4]
Es muy especial para este tema la referencia a Is 7,14donde se indica que Dios daría una SEÑAL para el nacimiento del Mesías: “El Señor mismo va a darles una señal: Mirad, una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel”.[5] Esta es la señal de la que Mt 1,22-23 se apoya para anunciar que la profecía del nacimiento del Mesías ya se había hecho realidad.
“La VIRGINIDAD no era un capricho; era una promesa, una profecía: “La VIRGEN está embarazada y dará a luz un varón…”; “ésta es la madre Virgen”. No iba a ser tan incontinente María de romper la profecía, la señal de Dios; y tanto María como José estaban bien conscientes de que ella quedaría embarazada y daría luz por obra del Espíritu Santo. La gran señal: la madre es virgen. ¿Dónde está la virgen que dio a luz? Los judíos iban a conocer a Jesús hasta que Él estuviera grande, a los treinta años. Iban a decir: ¿Y éste quién es? Los seguidores de Jesús iban a decir: “Es el Mesías”. Los judíos les responderían: “¡Pero si Isaías dijo que iba a nacer de una virgen!” ¿Cómo iban a poder ellos demostrar que la madre de Jesús era virgen con otros 6 hijos más?[6]
ETÍOPE: ¿Por qué no estaban los supuestos hermanos de Jesús allí al lado de María al pie de la cruz si lo normal en las familias es que cuando uno de sus miembros está muriendo, y más si lo están matando, los demás hermanos se encuentren allí cerca? Felipe, no puedo ni imaginarme a un hermano de sangre de Jesucristo gritando junto a los judíos: ¡A Barrabás, a Barrabás!, y gritando con todo furor: ¡Crucifíquenlo, Crucifíquenlo! Me imagino que por ser hermanos de sangre deberían haber permanecido a su lado al menos en ese momento o que los hayan mencionado en el momento cuando a Jesucristo lo bajaron de la cruz ¿Tan malos hermanos fueron que no estuvieron allí a su lado y no pudieron hacerse cargo de su mamá?
FELIPE: Ay, hermanito Etíope. Que ciertas personas que atacan la virginidad de María no te lleguen a escuchar diciendo tales cosas. Te pueden crucificar a ti también. Es muy duro lo que estás diciendo.
ETÍOPE: Pero, ¿es que acaso dije algo malo?
FELIPE: En ningún momento, Etíope. Pero seguramente hay personas que no soportarían que les dijeras eso. Quiero añadir lo siguiente: si Jesús hubiese sido hermano de Santiago y José, lo hubiesen incluido en Mt 27,55-56; y así como tú dijiste, resulta muy extraño que Jesús haya confiado el cuidado de su madre con uno de sus discípulos si se hubiese dado el caso de que ella hubiera dado a luz a más hijos. Escena llena de misterio; ciertamente Jesús se preocupa por el futuro de su Madre. Habiendo ya muerto San José (no aparece ni una sola vez en la vida pública de Jesucristo) y no teniendo el Señor hermanos carnales, quedaba María desamparada.
ETÍOPE: Felipe, ¿PRIMOGÉNITO NO SIGNIFICA QUE TUVO MÁS HIJOS?
FELIPE. PRIMOGÉNITO es un TÍTULO que acompaña a JESUCRISTO y expresa CONSAGRACIÓN, DIGNIDAD. Esto lo podemos encontrar en Gn 25,31-34; Col 1,15.18 y Rm 8,29. Observemos este caso: Rejabías, hijo de Eliezer, es llamado primogénito y sin embargo Eliezer no tuvo más hijos (1Cro 23,15-17). Lc 2,7 se refiere a lo que ha pasado antes y no a lo que pasa después. En Mt 1,18 dice: La concepción de Cristo fue de esta manera: su madre María estaba comprometida con José. No habían tenido relaciones y se encontró embarazada, por obra del Espíritu Santo. En el caso de Mt la referencia clara es al antes. En el caso de Lc 1,34 la intención de la virginidad es más clara: “¿Cómo podré ser madre, si no tengo intención de conocer (tener relaciones con) ningún hombre?”[7]
«No la conoció hasta que parió a su hijo primogénito«. El “hasta” indica anterioridad, no condiciona lo que ocurrió después.
REINA DE LA IGLESIA:
Ha sido siempre una costumbre muy normal que los pueblos le den el título de reina a la madre de un rey.
ETÍOPE: ¡Y cómo no hacerlo con la madre del Rey de Reyes: Jesucristo!
FELIPE: El Ángel Gabriel honra a María con la exclamación “SALVE” (Lc 1,28), título que sólo se utiliza para quien forma parte de la realeza, para quien es rey o reina. Este título también está de algún modo dirigido a la Virgen María en Ap 12,1-17.[8] En este pasaje ella aparece con una corona en la cabeza, conformada por doce estrellas, las cuales denotan de quién es Reina, pues dichas estrellas representan a las doce tribus de Israel y a la Iglesia de Jesucristo, cuyos pilares son los doce Apóstoles. Entonces, si María es honrada como REINA, yo la elijo y la recibo también como Reina diciendo AMÉN.
ETÍOPE: ¿POR QUÉ HAY SECTAS QUE DICEN QUE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN SON OBRAS DEL DEMONIO?
FELIPE: Es una equivocación y hasta muy temerario que hayan quienes se atrevan y pretendan adjudicarle a Satanás todas las apariciones de la Virgen María que puedan ocurrir, y llama poderosamente la atención que entre las diversas apariciones que han sido reconocidas por la Iglesia, con tantas pruebas que se han hecho públicas, aún no hayan llegado a reconocer ninguna como venida de Dios. Sería como decir que Dios nunca podría estar en capacidad de ser el autor de alguna y que sólo Satanás podría llevar a cabo todas esas apariciones. Recordemos que en las Sagradas Escrituras hay variados casos donde Dios envió a ángeles a entregarle mensajes a servidores suyos: a Daniel (Dn 8,17), a Tobías y Judit (Tb 12,16); a María (Lc 1,28). ¿Por qué no podría suceder que ocurriera con la Virgen María? ¿Qué ser humano se atrevería a apostar que la Virgen María está por debajo de los Ángeles? ¿Acaso ángel alguno recibió de Dios tan magna gloria y honor de ser la madre del Mesías? ¿Si Dios envía a un ángel para una aparición, qué humano sería capaz de estar por encima de Dios para darle órdenes de no enviar jamás a la Virgen María a manifestarse a los hombres?
ETÍOPE: Me está dando la impresión de que en realidad lo que se esconde detrás de tanta negativa a reconocer las apariciones de la Virgen María es que simplemente eso les suena mucho a católico y les favorece a su propósito a seguir en rebeldía separados de su Iglesia madre.
FELIPE: Deberían preguntarse y reflexionar: ¿Qué sería de ellos si en algún momento ocurriera una aparición de la virgen María proveniente de Dios y que ellos se la estén atribuyendo al demonio nada más por dejarse llevar por la predisposición anticatólica que les caracteriza? Deberían también preguntarse: ¿Qué los hace omniscientes como para presuponer y dar por hecho que todas las apariciones provienen del demonio?
ETÍOPE: ¿Por qué sí puede venir de Dios que Moisés y Elías (que, por cierto, en vida cometieron pecados) se le presenten a Jesucristo (Mc 9,4) y conversen con Él en la transfiguración (estando allí además como testigos del hecho Pedro, Santiago y Juan) y no pueda así venir de parte de Dios que la Virgen María (que no cometió pecado alguno) se le pueda aparecer a alguien o a muchos? Tengo también otra pregunta similar: tu tocayo Felipe se le apareció en el camino al Etíope y luego de pronto fue arrebatado por el Espíritu del Señor (Hch 8,39), ¿por qué no lo puede hacer la Virgen María también por iniciativa del Espíritu del Señor?
FELIPE: Ciertamente en la Biblia no existen evidencias explícitas de apariciones de la Virgen María. Aunque el pasaje bíblico de Ap 12,1-17 la mayoría lo refiere a la Iglesia, también podría de algún modo hacerse inferencia a que se pueda aplicar a la Virgen María mostrando así las semejanzas entre este pasaje bíblico y los signos propios como está representada su imagen en varias de sus apariciones reconocidas por la Iglesia (la corona en la cabeza, la luna bajo sus pies, el sol detrás de ella, la mujer embarazada (la cinta y la manera de llevarla en la cintura, de la Virgen de Guadalupe, es característica de la manera como la usaban las mujeres aztecas embarazadas). En el caso de la aparición de la Virgen de Guadalupe[9] son muchos los que coinciden en destacar estas coincidencias o semejanzas.
ASUNTA AL CIELO:
«Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte» (LG 59; cf. la proclamación del dogma de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María por el Papa Pío XII en 1950: DS 3903). La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos: En tu parto has conservado la virginidad, en tu dormición no has abandonado el mundo, oh Madre de Dios: tú te has reunido con la fuente de la Vida, tú que concebiste al Dios vivo y que, con tus oraciones, librarás nuestras almas de la muerte (Liturgia bizantina, Tropario de la fiesta de la Dormición [15 de agosto])[10].
S.S. Beato Juan Pablo II, hablando de la Asunción de la Virgen María hizo un comentario sobre Ap 12,1 diciendo: “Hoy, solemnidad de la Asunción, la Iglesia refiere a María estas palabras del Apocalipsis de san Juan. En cierto sentido, nos relatan la parte conclusiva de la “mujer vestida del sol”, nos habla de María elevada al cielo.”
En aquella misma audiencia añadió: “La Asunción de María es una participación singular en la resurrección de Cristo. En la liturgia de hoy san Pablo pone de relieve esta verdad, anunciando la alegría por la victoria sobre la muerte, que Cristo consiguió con su resurrección, “porque debe Él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte” (1Cor 15,25-26). La victoria sobre la muerte que se manifiesta claramente el día de la resurrección de Cristo, concierne al día de la resurrección de Cristo, concierne hoy, de modo particular, a su madre. Si la muerte no tiene poder sobre Él, es decir sobre su Hijo, tampoco tiene poder sobre su madre, o sea, sobre aquella que le dio la vida terrena.[11]
[1] Tomado de: http://www.elsantorosario.info/srbases.php.
[2] Tomado de:http://es.catholic.net/sectasapologeticayconversos/574/1440/articulo.php?id=23925
[3] Idem.
[4] Tomado de: http://www.youtube.com/watch?v=ZEA07zHlTxI
[5] -La doncella: la traducción griega dice la virgen, precisando así la palabra hebrea almah, muchacha o joven recién casada. El texto de los LXX es un testimonio de la interpretación judía antigua, consagrada por Mt 1,23, que reconoce aquí el anuncio de la concepción virginal de Jesús.
[6] Tomado de: : http://www.youtube.com/watch?v=ZEA07zHlTxI
[7] El verbo “conocer”, derivado del griego “gignosco” indica continuidad en la intención de adquirir el conocimiento de algo.
[8] Aunque de modo general los exégetas ven en esta mujer a la Iglesia, también hay quienes, a partir del s. IV, ven en esta mujer a la Virgen María. Aunque la mayoría se inclina a referir esta visión a la Iglesia, tengo personalmente la percepción (a manera de resumen) de que en el Capítulo 12 de Apocalipsis existe cierto propósito del autor de catequizar e instruir a los nuevos cristianos que sufrían la persecución romana, narrándoles de manera alegórica y metafórica (por condiciones y necesidades mismas que exigía la situación de persecución) las vicisitudes del nacimiento del Mesías; no sólo para animarles a perseverar firmes en la fe sino también para evangelizarles acerca de que el Niño que está en el vientre de María y que ha nacido es el nuevo SOL que nace de lo alto y que está por encima de todos los astros a los que ellos antes, como romanos de costumbre, le rendían adoración. No está demás añadir la posible intención del texto de aludir que es ésta la mujer y la descendencia de la que Gn 3,14-15 e Is 7,14 hizo profecía. Cualquiera que compare esta narración con el itinerario que tuvo el nacimiento y la infancia de Jesucristo se da cuenta de la concordancia que ambos tienen. Resultaría por demás extraño que en una narración alegórica del nacimiento y de los primeros años de vida de niño no aparezca o no se haga mención de su mamá.
[9] “Guadalupe”, en el idioma de los aztecas significa: “aplasta la cabeza de la serpiente”. Esta denominación hace perfecta concordancia con la Mujer de la que hace mención en Gn 3,15: “Dios dijo a la serpiente…: Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón”.
[10] CIC, 966.
[11] Tomado de: http://www.corazones.org/maria/ensenanza/asuncion.htm. (Mensaje de S.S. Beato Juan Pablo II sobre Catequesis Mariana, 15 de agosto de 1995.
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HF- VIDEO / La Virgen María
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