*Apologética en la Liturgia de la Palabra*
III Domingo del Tiempo Ordinario. Solemnidad.
*Lecturas del día:* Is 8, 23–9, 3; Sal 26, 1. 4. 13–14; 1Co 1, 10–13. 17; Mt 4, 12–23.
*Comentario:*
La sordera es mucho más dañina y peligrosa en el alma que en los oídos. Pablo tuvo que hablarle a manera de exhortación a los cristianos de Corinto para que cesaran en su actitud divisionista:
“Les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que se pongan todos de acuerdo y terminen con las divisiones, que encuentren un mismo modo de pensar y los mismos criterios”. *(1Co 1, 10)*
*¿Quieren dividir a Cristo?*
Ese mismo reclamo de Pablo a los cristianos de Corinto, ¿no va dirigido hoy a quienes fundan de modo anárquico sus propias iglesias, y luego disimulan diciendo que esa es la Iglesia verdadera de Cristo? ¿Cómo niegan que son causantes de la división entre los cristianos, si tienen en su poder incluso los documentos para asegurar que son iglesias personales barnizadas con nombres o títulos interesantes que parezcan cristianos o bíblicos, y con el sello y la firma de autoridades eclesiásticas no legítimas, sino sólo cumpliendo el registro ante una oficina del gobierno como se hace al fundar diversas instituciones de negocios?
Hoy ya no es, “Yo soy de Pablo”, “Yo soy de Apolo”, o “Yo soy de Kefas”, o “Yo soy de Cristo” *(1Co 1, 11-12).* Hoy es, “Yo soy Pentecostal”, “Yo soy Adventista”, ”Bautista” “Asambleas de Dios”, “Mormón”… y pare de contar. Todas con doctrinas y autoridades adversas, contradictorias, disputándose cada una tener las credenciales de iglesia verdadera de Cristo.
El desenfreno de ambiciones personales de estos dirigentes y sus seguidores, pone por encima del sacrificio redentor de Cristo sus propios y mezquinos intereses; y, como dice san Pablo, pretenden borrar o hacer ineficaz la Cruz de Cristo *(cf. 1Co 1, 17),* porque ella les habla de lo que ellos no soportan ni están dispuestos a aceptar: la OBEDIENCIA.
En el evangelio de hoy, vemos a Jesús llamando y enviando Él mismo a sus Ministros, de los cuales se fueron multiplicando por sucesión apostólica y a través de los siglos hasta hoy, los únicos y verdaderos pastores autorizados para regir y conducir su Rebaño. *(cf. Mt 24, 12-23)*
*Para compartir:*
1.- ¿Cómo afecta en la fe del pueblo de Dios la elevadísima multiplicación de nuevas sectas, todas pintadas con la fachada de cristianas?
2.- ¿Por qué es tan necesaria la unidad de los cristianos?
*Elaborado por:*
P. Héctor Pernía, mfc