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Liturgia<📖> Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
Fecha: 26 de febrero de 2019
VII semana del tiempo ordinarioComentario: Uno de los grandes problemas de la actualidad, denunciado incluso por predicadores y comunidades protestantes es la llamada «Teología de la Prosperidad»… Pero ¿Qué es y en qué consiste?
Es un conjunto de planteamientos por los cuales Dios es presentado como fuente mágica o casi mágica de beneficios temporales y materiales. De tal forma que existe una relación causa efecto entre la fe en Dios y el bienestar material. Tiene sus principales exponentes en sectas como «Pare de sufrir», en cadenas de oración «católicas» que prometen milagros a base de likes y compartir la publicación, así como en influencers o coaches que presentan a Dios como aliado de los emprendedores y millonarios.
Sin embargo, los textos de la Eucaristía de hoy (Eclo 2, 1 – 13, Sal 36, Mc 9, 30 – 37) en su conjunto nos muestran la falsedad de este tipo de predicaciones. El seguimiento de Jesús, la vivencia de su Palabra, la fidelidad a Dios, la caridad y la justicia provocan la persecución del mundo, no porque sea la Voluntad de Dios, sino porque es la manera propia en cómo el mundo reacciona a quienes se oponen a su hegemonía y a sus «valores»: la mentira, la corrupción, el robo, la injusticia, etc.
Por tanto, si Jesús mismo dejó en claro en varias ocasiones que sus discípulos serían perseguidos y que la persecución es una marca del auténtico discípulo, no caigamos en la tentación de convertir a Dios y a su Palabra en una supuesta fuente de seguridades materiales que sólo sería la muestra de una traición a la integridad del Evangelio.
Así pues, como una manipulación del Evangelio puede llevar a la justificación de la pobreza, del pecado, de la pena de muerte, del capitalismo, del socialismo, etc. Una manipulación del Evangelio puede llevar a una interpretación falsa de las bendiciones de Dios.
El verdadero discípulo de Jesucristo ha encontrado en Él la perla preciosa, el Tesoro escondido y todo lo considera basura con tal de ganar a Cristo. Por lo tanto, que las palabras del Eclesiástico resuenen y se graben en nuestro corazón constantemente: «Hijo mío, si te propones servir al Señor, prepárate para la prueba; mantén firme el corazón y sé valiente; no te asustes en el momento de la adversidad. Pégate al Señor y nunca te desprendas de él, para que seas recompensado al fin de tus días».
Preguntas para compartir
1. ¿Por qué se busca a Dios de manera interesada?
2. ¿Has caído tú en esta manera engañosa de creer en Dios por los beneficios económicos?
Elaborado por:
P. Cristopher Cortés, mfc
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