Liturgia<📖> Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
Fecha: 31 de enero de 2019
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Comentario: En la escucha de la Palabra que venimos haciendo durante esta semana, hoy recibimos los textos de Hb 10, 19 – 25 y de Mc 4, 21 – 25. Y, como siempre en ellos Dios se nos revela y nos instruye respecto a las razones de nuestra Fe.
Son interesantes las palabras finales de la primera lectura de este día: «No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del Señor se acerca». ¿Y por qué? Por lo siguiente.
Estas palabras de la Carta a los Hebreos son un testimonio de la existencia de la Eucaristía entre los primeros Cristianos al mencionarla en el texto con la palabra «asambleas»; así como también una evidencia de que esto se realizaba en el Primer Día de la semana, que era ya llamado por los cristianos como «El Día del Señor».
De esta manera, también se nos muestra que en las primeras comunidades hubo dificultades para la asistencia o la perseverancia. Razones pudieron haber muchas: el miedo a la persecución de los judíos o romanos, el apego a los rituales judíos o paganos, la oposición de la familia, la propia pereza y la vida de pecado, etc.
Sin embargo, al tiempo que notamos esta situación, vemos cómo se invita a que entre los miembros de la comunidad se animen para levantarse, rescatarse y no desfallecer. De tal forma que no es sólo una denuncia contra los que fallan, sino una exhortación a toda la comunidad para que se apoye y se sostenga.
Por todo ésto, podemos ver cómo la Eucaristía y la Comunidad son fundamentales para la auténtica vida Cristiana. Por lo tanto, cuando un católico deja de participar en ellas, sea por dejar de asistir a la Misa o por irse a alguna secta, lo pierde todo, porque aunque vaya a cantar alabanzas y escuchar la Palabra, sin embargo ha dejado de recibir el Pan Vivo bajado del cielo y de la plena Comunión de los Santos.
Si Jesús nos ha dicho que somos lámpara y ciudad es para alumbrar y hacernos ver. Que se destierre, pues, de nosotros aquel miedo a dar testimonio de nuestra fe y a buscar a los hermanos dentro y fuera de nuestra Iglesia, pues el sueño de Dios es ver a sus hijos reunidos en torno a su altar.
Preguntas para compartir:
1. ¿Conoces algún otro pasaje del Nuevo Testamento donde se hable sobre la celebración de la Eucaristía entre los Primeros Cristianos?
2. ¿Qué haces para convocar a los hermanos a la Eucaristía Dominical?
Elaborado por:
P. Christopher Cortés, mfc
