-
LITURGIA 📖 APOLOGÉTICA
XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de la Palabra:
Fecha: 29-11-2018Comentario: Los textos de las lecturas de este día nos brindan la oportunidad de abordar un asunto de fundamental importancia en nuestra vida: el papel de la historia en la interpretación bíblica.
Sobre todo con los textos de estilo apocalíptico es algo siempre presente, ya que se corre el riesgo de querer hacer una interpretación bíblica sin atender al significado histórico – teológico que tuvo para sus primeros lectores y el significado que actualmente tiene para nosotros la Iglesia.
Cuando en el Apocalipsis se habla de la «Gran Babilonia» o la «Gran Prostituta», se hace referencia históricamente al Imperio Romano, del cual el Autor Sagrado es capaz de vislumbrar su futura destrucción por causa de su misma descomposición moral, tal y como aconteció siglos después en el año 531 d. C. De este modo, querer atribuir el texto a la Iglesia Católica es un contrasentido, ya que aquí la Iglesia no es esta Prostituta, sino los invitados a las Bodas del Cordero.
Por otro lado, la Destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d.C. fue también una catástrofe para el mundo judío, pero para los cristianos no lo fue así, ya que – sobretodo como lo señala el escritor de la Carta a los Hebreos – el Templo, los sacrificios, el sacerdocio levítico ha sido ya superado por y en Cristo.
Por lo tanto, no es bíblico ni cristiano el atribuir diabólicamente figuras o representaciones a la Iglesia de Jesucristo, así como tampoco estar esperando la Reconstrucción del Templo de Jerusalén como algunas sectas lo buscan y hasta lo promueven.
De aquí que los católicos tenemos en el estudio de la Historia de la Iglesia una herramienta apologética incomparable, ya que por ella podemos llegar al conocimiento del sentido de muchos textos de la Sagrada Escritura, tanto en su sentido literario, como en su sentido pleno.
Que Dios nos lleve a asumir esta responsabilidad de formación y conversión de manera cada vez más comprometida.
Preguntas para compartir
1. ¿He asumido con seriedad el estudio de la Palabra de Dios para poderla comprender y vivir con la Gracia del Espíritu Santo?
2. ¿He caído en falsas interpretaciones de la Palabra de Dios?
Elaborado por:
P. Cristopher Cortés Pliego