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LITURGIA 📖 APOLOGÉTICA
XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de la Palabra
Fecha: 28-11-2018Comentario: Una de las cosas que sobresale en las lecturas de hoy es precisamente el Don de la Fidelidad, que muchas veces es mal entendido y, por consecuencia, mal vivido.
De esta manera, tal y como lo ha señalado el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica de este año, hay dos peligros en la auténtica vida cristiana: el gnosticismo y el pelagianismo, nombres que en la Historia de la Iglesia son 2 muestras de desviaciones heréticas y cismáticas de la verdadera fe.
Cuando la vida cristiana no es vivida como Gracia, suele suceder que se va formando un estilo de pensamiento en el que el creyente va haciendo un esquema personal y mental de perfección, por el cual él mismo se va percibiendo como perfecto, pero olvida elementos del Evangelio que lo llevan a una situación de soberbia y prepotencia, por llegar a sentirse intelectualmente superior a los demás cristianos. Ésto es lo que pasa con el gnosticismo.
Por otro lado, el pelagianismo llega a proponer que la persona es capaz de salvarse por sus propias fuerzas, haciendo inútil la Gracia de Dios, tal y como lo critica San Pablo en sus cartas al hablar de los judaizantes que ponían la esperanza de su salvación, no en Jesucristo, sino en el cumplimiento de las leyes mosaicas, y por eso, Dios no es más que el pretexto perfecto para una soberbia espiritual.
La Fidelidad verdadera es aquella que se recibe como un Don y se asume como un compromiso, pero que al principio, durante toda la vida y al final, nunca es vivida ni entendida como un logro personal o como un mérito que Dios nos tuviera que agradecer.
Por éso, el problema con muchas sectas es el modo en que pueden llegar a vivir sus miembros, tal vez moralmente intachables, pero no sustentados auténticamente en Jesucristo por rechazar a su Iglesia. Algo semejante puede sucedernos como católicos, cuando nuestra vida no está primordialmente sustentada en Jesucristo, sino en cosas secundarias: la pertenencia a un grupo o movimiento, el ministerio recibido, la fama, entre otros.
No nos perdamos, pidamos diariamente el Don de la Fidelidad a Jesucristo y humildemente recibámoslo y vivámoslo con decisión.
1. ¿Lee la Exhortación del Papa sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual y menciona de qué se trata?
2. ¿Por qué crees que una equivocada comprensión de la Fe lleva a una errada vida cristiana?
Elaborado por:
P. Cristopher Cortés Pliego