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Liturgia<📖>Apologética
De la Liturgia de la Palabra
Semana XXXI del T.O. (B)
Fecha: 5 de noviembre de 2018Comentario: La reflexión de la Palabra se centra a quién va dirigido el amor. Se citan diversos asuntos relacionados con la mesa y la comida (Lc 14,1-6); un consejo para no ocupar los primeros puestos (Lc 14,7-12); un consejo para invitar a los excluidos (Lc 14,12-14) .
Al respecto, el Papa Francisco empleando el Documento de Aparecida[1], refiere a las “periferias existenciales”, las comunidades indígenas y afroamericanas, mujeres excluidas en razón de su sexo, raza o situación socioeconómica, jóvenes que reciben educación de baja calidad y que no tienen oportunidades, enfermos, pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra y personas con empleos informales. También a los n;iños sometidos a la prostitución infantil, niños víctimas del aborto, familias que viven en miseria y pasan hambre, drogadictos, personas enfermas, secuestrados, víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictos armados, ancianos excluidos, indigentes y presos que viven en situaciones inhumanas (Cfr. DA 65, 402).
Se enfatiza “la gratuidad” hasta llegar a su equivalencia con la Gracia. Sin embargo, según como se la interprete, ofrece diversos significados en una sociedad en la que todo pudiera ser pagado, sólo el amor es una deuda insaldable (lo debido-indebido, lo necesario-gratuito, lo reclamado-irreclamable). Jesucristo pide que nos amemos los unos a los otros (1Jn 4,11), un mandato divino, una orden, que supera todo orden. «La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud» (Rom 13,10). Así, «gracia» ¬o «gratuidad»¬ es el modo propio de la existencia humana en cuanto tal, es decir, en cuanta existencia recibida y entregada gratuitamente a los demás en el acto de amor. La opción por los pobres, marginados, solitarios o excluidos es innata en la fe cristiana.
Jesús da al comienzo de su ministerio en la sinagoga de Nazaret indicando cuál es su misión: «El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer la Buena Nueva a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor» (Lc 4,18-19 citando Is 58,6). Así, la venida de Dios a su pueblo, se hace visible en estos actos que tiene que ver con los enfermos, los hambrientos, los oprimidos y los cautivos. Liberando a estos hombres mortificados en sus cuerpos, Jesús manifiesta particularmente la ternura de Dios, «hay más dicha en dar que en recibir» (Hch 20,35).
Muchos fueron los condicionamientos históricos que llevaron a la ruptura entre católicos y protestantes, pero no hay que olvidar que la Reforma protestante no fue tanto una respuesta a los problemas morales de la época, cuanto una nueva manera de concebir la relación entre Dios y los hombres. La justificación es obra de la gracia de Dios, junto con su colaborador, la creatura humana. Es conveniente recordar que el Papa Francisco firmó un controversial acuerdo católico-luterano respecto a la justificación en 1999 con las iglesias reformadas representadas por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en Leipzig, Berlín y Wittenberg [2]. Luego en el 2006, se anexan los metodistas y todas las Iglesias históricas protestantes tienen la misma visión teológica de cómo se hace real la salvación. Un pequeño y gran paso ecuménico. Sin embargo, siguen vigentes otras grandes diferencias establecidas hace más de 500 años.
[1] Conclusiones de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), celebrado en Aparecida (Brasil), del 13 al 31 de mayo de 2007. Disponible en: http://es.catholic.net/archivos/Documento_Conclusivo_ Aparecida.pdf
[2] Declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación. Disponible en http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical _councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_31101999_cath-luth-joint-declaration_sp.htmlPreguntas para compartir:
1. ¿Qué valor doy a la Palabra de Dios que escucho frecuentemente?
2. ¿Me impulsa de verdad a obedecer, a cambiar mis actitudes?3. ¿Eres cristiano comprometido?
4. ¿Eres solidario con los demás?
5. ¿Agradeces a Dios por los que te rodean?
6. ¿Podrías identificar la gratuidad en Jesús?
7. ¿Has ayudado al menos a un hermano necesitado a salvarse con tu testimonio?
Elaborado por:
D. Dr. Ludwig Schmidt H.