Liturgia<📖>Apologética
De la Liturgia de la Palabra
Semana XXXI del T.O. (B)
Fecha: 4 de noviembre de 2018
Comentario:
La reflexión conduce a la afirmación de Dios-Amor. Él, establece el diálogo amoroso con el hombre y entre ellos, como condición de su naturaleza humana. Desde el Génesis, Dios da la vida plena; este don requiere de libre entrega a su Voluntad; En el Nuevo Testamento, el Señor entabla el diálogo del amor a través del único mandamiento.
Se fortalece la necesidad del amor del prójimo, aparece indisoluble al amor de Dios, ambos mandatos son el ápice y la clave de la ley (Mc 12,28-33s). Jesús confirma la conclusión traída por el doctor de la Ley, diciendo: “¡No estás lejos del Reino!”. En efecto, el Reino de Dios consiste en reconocer que el amor a Dios y el amor al prójimo son recíprocos. Además, si Dios es Padre, todos somos hermanos y debemos demostrar esto en la práctica, viviendo en comunidad. “¡De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas!” (Mt 22,4).
El pueblo de Dios, a lo largo de los siglos, ha profundizado el significado del amor de Dios. Se ha dado cuenta que el amor hacia Dios será siempre real y verdadero, sólo si se hace concreto en el amor hacia el prójimo. Por esto, el segundo mandamiento, que manda el amor al prójimo, es semejante al primer mandamiento del amor de Dios (Mt 22,39; Mc 12,31). “ Si uno dice: amo a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso” (1Jn 4,20). “Toda la ley y los profetas dependen de estos dos mandamientos” (Mt 22,40).
El P. Pernía me recuerda que en la 1ª lectura y el Evangelio hay quienes plantean que hay “un solo Dios”, para negar la figura trinitaria del Dios-Padre, el Dios-Hijo y el Dios-Espíritu Santo. Esta postura responde a la doctrina mormona, definiendo que las tres personas, son cada una un Dios por separado, y que también las personas, una vez que se casan se convierten en dioses para toda la eternidad. Ésta, es una asunción errónea del Dios uno y Trino de la Fe católica que será desarrollada posteriormente. Es triste observar la soledad y tristeza de las personas que dicen o se sienten carentes de amor; de las que son agresivas, egoístas, desconfiadas y testaduras. Pido por los ateos o agnósticos que defienden su modo de ser y se niegan ver más allá de lo que tienen enfrente. De igual manera, los cismas habidos en la Iglesia hace 5 siglos han generado posturas disociativas que se basaron de la Sola Fides de Lutero, metodistas y sucesivos reduccionismos de la Fe por los hermanos esperados, al basarse de manera unilateral a la Sola Scriptura.
La libre interpretación pluralizó la comprensión del Anuncio de Jesucristo y de su misión salvífica. Si bien se han iniciado iniciativas ecuménicas, apenas en materia de Justificación se han reconocido acercamientos.
La visión católica de la fe al igual que la de la reforma luterana reconoce que la gracia de Dios como causa única de la justificación es una verdad fundamental de la fe cristiana. Esto debe hacerse lejos de una restricción individualista, egoísta, entendiendo ya desde el principio la acción divina de la gracia en el hombre, el amor, acción que le abre a Dios, como institución de una verdadera y auténtica comunidad de los hombres entre sí. La Iglesia católica con el Concilio Vaticano II fortalece en sus Constituciones Dogmáticas, el lugar de la revelación en la Sagrada Escritura, la Patrística y el Magisterio eclesial. En síntesis, no sólo quien dice amar a Dios se salva, sino quien ama a su prójimo como lo ama a Él.
Preguntas para compartir:
1. ¿Quién es Dios para ti?
2. ¿Sabes quién es tu prójimo?
3. ¿Qué es el amor?
4. ¿Sabes amar a tu prójimo?
5. ¿Cómo vives la caridad con tu prójimo?
6. ¿Cómo rezas el Padre Nuestro?
Elaborado por:
D. Dr. Ludwig Schmidt H
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