Pbro. Héctor Pernía, mfc
Mensaje a cristianos que piensan entrar en la religión yoruba.
(496) No te precipites ante tus impulsos y la presión de las necesidades que te agobian. En los momentos de crisis invoque a Dios y él te ayudará; examine todo con serenidad y vigile para que tus pies no den tropiezos o pasos en falso, que con el pasar del tiempo tengas que lamentar. Le será de inmensa ayuda en estos momentos abrir la Biblia y mirarse en el espejo de Sara, mujer de Tobías, cuando en oscuros momentos de su vida pensó suicidarse, pero clamó a Dios en la oración y fue escuchada. Dios la bendijo con un buen esposo (cf. Tb 2,7-17).
“No hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres ningún otro “Nombre por el que debamos ser salvados” (Hch 4,12).
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6).
“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).
“El que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre” (Mt 7,26).
Dicen que son católicos y que pueden usar las imágenes cristianas.
(497) Es todo un juego de tropiezo. A quienes llegan a la religión yoruba les hacen creer que no les están apartando de Dios; y es por eso que en ‘los trabajos’ que hacen, los mandan a cumplir con ritos en cultos católicos y les hacen usar las imágenes cristianas bajo el falso argumento de que éstas representan a sus orishas. Es toda una manipulación mental; el uso del falso argumento de que son lo mismo.
Fijémonos bien que al hacerles ir a la Iglesia Católica es sólo para que cumplan exteriormente con preceptos, rituales y prácticas devocionales; pero no para que acepten el credo o la doctrina de los católicos. ¿Y eso por qué lo hacen? Porque esto los llevaría a convertirse nuevamente a Dios y a ser nuevamente libres.
Una religión que tiene por norma fingir es una religión que perjudica y aleja de Dios.
(498) Quien ingresa a la religión yoruba y juega al mismo tiempo a ser católico, vive constantemente en una doble vida, fingiendo o creyendo pertenecer a lo que en realidad le está siendo infiel. Sólo acogerá ritos y prácticas externas de la religión católica, mientras su alma, su corazón y su mente estarán cada vez más lejos y más comprometidos, mediante un pacto, con espíritus que no provienen de Dios sino del maligno.
Jamás podrá venir de Dios llevar a las personas a darle la espalda a la vida cristiana y a vivir de la simulación, del engaño, del hacer las cosas ocultas. Está escrito en la Biblia: “No pueden beber la copa del Señor y de la copa de los demonios. No puedes participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Somos acaso más fuertes que ÉL?” (1Cor 10,21-22).
No puede atribuirse ser cristiana, ni decir que es buena o que viene de Dios, una religión cuyos miembros tienen por norma ir ante los sacerdotes a fingir que siguen siendo católicos, siendo que en realidad confiesan, creen y viven otras doctrinas opuestas y contrarias, cargadas de idolatría y brujería. El sacerdocio católico no tiene esclavos para que estén hoy repitiendo un argumento de una situación histórica actualmente inexistente. La única situación de esclavitud de aquellos tiempos de la Colonia que hoy se perpetúa es la que tienen establecida los dirigentes de esa religión con las personas que acuden a ellos buscando solucionar algún problema, pero que luego las dominan y se adueñan de ellas tal cual relación amo-esclavo.
Tanto en tiempos de la Colonia, como hoy y siempre, la conducta de fingir y engañar no corresponde a las obras de Dios sino a las obras del diablo. También Judas fingía estar con Cristo, pero no estaba en manos de Cristo sino del poder del mal.
No puede venir de Dios una religión que ofende constantemente a Dios.
(499) Dios condena como grave pecado de idolatría el rendirle culto a otros dioses, y prohíbe usar lo que es Suyo: los Sacramentos, los Santos y las imágenes sagradas, para ir a igualarlo a dioses falsos.
El Dios verdadero es un Dios celoso; no tanto de que a otros le demos más importancia que a Él. Es un celo de amor por sus hijos, de sufrimiento, al ver que andan heridos y como ovejas descarriadas eligiendo caminos que les harán más daño del que ya llevan en sus vidas. ¿Qué buen padre o qué buena madre no siente celos de llegar a perder a sus hijos, y hace por ellos todo cuanto esté a su alcance por salvarles y cubrirles de protección con el regazo de su amor?
Ignorar el celo de Dios y despreciar su amor, es atraer sobre sí mismos y arrastrar hasta los propios hijos y nietos, el castigo de nuestras propias equivocaciones (cf. Dt 5,9); a menos que éstos se arrepientan y se liberen de tales causas de maldición y condenación. Dios dijo: “Todo esto lo trastornaron sus culpas, y sus pecados los privaron del bien” (Jr 5,25); “Yo Yahveh, exploro el corazón, pruebo sus riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras” (Jr 17,10).
Lo que es sagrado es de Dios, y no puede usarse en cultos a otros dioses.
(500) Desobedecer su voluntad sería algo muy temerario y peligroso; estaríamos desafiando de frente a Dios y las consecuencias de ruina no tardarían en llegarnos por haber estado luchando o burlándonos de Él. Luego, al llegar el fruto de nuestras malas acciones, no podremos decir: «Es que Dios me castigó»; sino, más bien, reconocer humildemente: «Yo me lo busqué. Fue mi torpeza y mi ceguera». Como dice en la Biblia: “Tú sabes, oh Dios, si me he extraviado, pues no te están escondidos mis errores” (Sal 69,6).
Miremos cómo se enojó el rey Ezequías porque los israelitas estaban profanando y desvirtuando la sagrada serpiente de bronce que Dios le mando a Moisés construir (cf. Nm 21,7-9; Sb 16,5-7; Jn 3,14-16) (Ver: GB, N° 265). Los israelitas se habían paganizado y usaban dicha serpiente para rendirle culto a la diosa de la fecundidad (ASIRIOS) y a la diosa del conocimiento y la sabiduría (BABILÓNICOS). Algo muy semejante ocurre hoy con el uso que los miembros de la religión yoruba le dan a las imágenes cristianas. No hay diferencia en la profanación de los objetos sagrados en ambos casos.
En la religión yoruba se profana lo que es de Dios.
(501) Los signos y los ritos de la fe cristiana son sagrados y sólo pueden ser usados para el culto al Dios Trino.
Necesitan saber que, el uso de las imágenes y de los Sacramentos de la Iglesia Católica en los ritos de la religión yoruba, es un gravísimo pecado y una equivocación muchísimo más temeraria de lo que piensan.
Necesitan saber que, tomar lo que es sagrado y santo para usarlo en actos de culto del diablo, es cometer el más grande de los tropiezos en la vida. Es como salir a traer para la propia casa y para la propia familia, no un mercado de bendiciones sino de maldiciones.
Contactos con el más allá… ¿con quién…, con Dios o con el diablo?
(503) Dice el Señor: “ADIVINACIONES, augurios y sueños cosas vanas son… a menos que te sean enviadas por el Altísimo en visita, no abras tu corazón a estas cosas. Que a muchos extraviaron los sueños y cayeron los que en ellos esperaban” (Eclo 34,5-7).
¿Por cuáles espíritus del más allá son poseídos y entran en contacto las personas que practican los ritos de la religión yoruba? Dice en la Biblia: “Queridos míos, no se fíen de cualquier inspiración. Examinen los espíritus para ver si vienen de Dios, porque andan por el mundo muchos falsos profetas. ¿Quieren reconocer al espíritu de Dios? Todo espíritu que reconoce a Jesús como el Mesías que ha venido en la carne, habla de parte de Dios. En cambio, si un inspirado no reconoce a Jesús, ese espíritu no es de Dios; es el mismo espíritu del Anticristo. Han oído que vendría un anticristo; pues bien, ya está en el mundo.” (1Jn 4,1-3).
Mentes libres de pecado no pueden estar dentro de la religión yoruba
(504) Porque no son fáciles de manipular; son personas prudentes, seguras, objetivas que abordan y exploran a quien les ofrece algo, antes de aceptar ofertas y asumir cualquier tipo de compromiso importante. Las personas de limpio y puro corazón reconocen rápidamente la presencia del maligno en un lugar y tienen consigo la fuerza del poder de Cristo para enfrentarlo y vencerlo donde sea.
Tengan por seguro que si alguien comienza a indagar y averiguar qué hay de verdadero en todo lo que les dicen de los orishas, muy pronto serán echados fuera de los ambientes de esa religión porque echan a perder el negocio. Y es que el único modo de que la religión yoruba subsista es que hayan dos polos o extremos: una persona que sabe dominar mentes, y otra de mente muy débil que fácilmente deja que la dominen. Sin este sistema la religión yoruba queda destruida, no sobrevive, se bloquea. Si alguien averiguara e investigara a su babalao o a una ‘madrina’ o ‘padrino’ yoruba, le echarían a perder todo el fraude montado, correría peligro y las máscaras se caerían en sólo instantes. Sin incautos e ignorantes en la fe, la religión yoruba no logra dar un paso adelante.
Quien dude de esto que haga la prueba de investigar a fondo a uno de los que dirigen la religión yoruba. Descubrirá en poco tiempo que todo el envoltorio de discurso de que los orishas les dijeron esto o aquello no son sino ocurrencias propias y habilidades de engaño a las mentes que esas personas aprenden a utilizar para someter pronto a sus nuevas víctimas. Encontrará el oculto secreto de que todo lo que se oye, se ve, y se recibe en esa religión, no son sino una cortina bien oscura que tapa y esconde la presencia de espíritus del mal que todo lo mueven y lo organizan desde la penumbra para arrastrar, bajo engaño, las almas al infierno.
