Pbro. Héctor Pernía, mfc
Cuando hay odios, el atrevimiento no tiene límites.
(475) Últimamente se ha vuelto costumbre en algunas ideologías y personas, falsear la historia mintiendo públicamente en torno al origen de la religión cristiana. Dicen que es de origen europeo. Creo que la materia Historia Universal en las escuelas y colegios no les debe agradar mucho, ya que pone al derecho lo que ellos pretenden torcer para luego mentir y engañar.
La Iglesia católica fue fundada por Jesucristo en Israel, y este país no queda en Europa sino en Asia. Fue allí, en Asia, donde Jesucristo nació (en Belén) y fue allí donde fundó la Iglesia Católica, donde Cristo murió y resucitó (en Jerusalén). Fuentes documentadas, tanto bíblicas como históricas, hay de todo esto.
¡Qué peligrosas son las ideologías; y qué liberadora es la Palabra de Dios!
(476) Si estamos en América, ¿por qué tanta venia o celo de algunos grupos por una religión que es africana y no por las culturas y la cosmovisión de tantos pueblos aborígenes de América? ¿Qué tiene África que no tenga Asia o Europa, Oceanía, o la misma América, nuestra propia casa? ¿Unos son hijos de Dios y otros no? Muchos de los que hoy hablan despectivamente de Europa tienen en sus venas sangre de antepasados europeos, y viven a menudo dándose paseos turísticos por esas tierras. ¿Acaso Dios no es para todos?, ¿y de Israel, acaso, no vino Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor?
Un corazón sesgado o resentido es un corazón fanatizado y obtuso; está enfermo, y pierde la amplitud y la precisión en su modo de pensar y de tratar los asuntos y a las personas. Esta gran verdad, aunque la tengan ante sus ojos no la ven y no soportan tenerla cerca: CRISTO es PARA TODAS LAS NACIONES; y los seres humanos, hechos a su imagen y semejanza, también nos debemos a TODOS por igual.
La fe cristiana ha sido siempre amenaza y estorbo para quienes engañan a otros.
(477) La buena nueva de Jesucristo hace libres y pensantes a las personas, las pone por encima de cualquier ideología, nos enseña que todos somos iguales ante los ojos de Dios. La fe cristiana acusa y denuncia todo intento de convertir en objetos, o en números, a cualquiera de los seres humanos. Ningún amo soporta y aguanta una religión que a sus esclavos se les anuncie que Cristo los hizo libres e iguales a sus propios amos.
Existen centros de poder que adrede intentan desvirtuar la fe cristiana en la población, y desplazarla a la fuerza, mediante el apoyo a cualquier novedad pseudo religiosa que mantenga distraída e ignorante a las mayorías. La fe cristiana nunca le ha sido cómoda a regímenes y religiones absolutistas; de ahí que prohíban e impidan su enseñanza en las escuelas, liceos, medios de comunicación y espacios públicos.
En cambio; una religión que lleva a las personas a la esclavitud, es una buena religión para esos centros de poder. En eso, la religión yoruba les cae como anillo al dedo. El abierto apoyo a esa religión se pinta y se maquilla con el sedicioso y fingido argumento de promover la cultura y el folklor. De este modo se abren paso para sembrar ideologías y matrices de opinión en la población con el fin de poderlas manipular fácilmente.