De ningún modo el diablo puede soportar la pureza y santidad de la Virgen María
Liturgia<📖> Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
XXVI Sem. T. Ordinario
Fecha: 03 Octubre de 2018
Comentario: El inicio de la primera lectura de hoy (Job 9, 12. 14-16) nos trae una oportuna ocasión para aclarar y corregir una errada interpretación que varios grupos protestantes hacen de algunos pasajes bíblicos de los que se apoyan para oponerse a la doctrina católica que enseña que la Virgen María es inmaculada y no cometió pecado alguno.
Job dice a sus amigos: «Sé muy bien que es así: que el hombre no es justo ante Dios» (Job 9, 1). Esto lo usan mucho una buena parte de los protestantes para rebatir la doctrina de los santos y de la pureza de la virgen, diciendo que ella era una mujer pecadora. De hecho, recuerdo una confrontación que tuve en Facebook con varios protestantes que insistían ciegamente en querer imponerme que María era una mujer inmunda, y se apoyaban, para ello, de Lev 12, 1-8, donde dice que cuando una mujer judía tenía hijos, (daba a luz) para Dios era inmunda, y tenía que purificarse de su impureza (pecado)”, y también de otros pasajes como el de Rm 3, 9-11: ««No hay ni un solo justo, ni siquiera uno. Nadie es realmente sabio, nadie busca a Dios.»
A esto que le responde la Palabra de Dios:
a) En las Sagradas Escrituras:
Un experto en Sagradas Escrituras nos dice:
En primer lugar, “la palabra en hebreo que se traduce como INMUNDA es וְטָֽמְאָה֙ wə·ṭā·mə·’āh, que viene del verbo primario טָמֵא TUMAH.»
“Hay DOS tipos de “tumah” uno relacionado al pecado y otro a la menstruación. El tum’ah, la impureza que se conecta a un pecado, es un vacío que creamos y por el cual nos degrada. El tum’ah de nidá (menstruación), sin embargo, es una parte integrada del ciclo natural menstrual de la mujer. Su «descenso» de un nivel más alto de santidad potencial (es decir, donde la creación de una nueva vida es posible), no significa que ella es «pecaminosa» o «degradada», «inferior» o «estigmatizada” .Por el contrario, precisamente porque no hay tal santidad involucrado en posesión de una mujer del poder de Dios para crear, como si de la nada, una nueva vida dentro de su cuerpo”
”La mujer, de acuerdo a la teología judía goza de una mayor santidad que el hombre, esto debido su propia capacidad biológica de la vida. Una mujer de «impureza», o «tumah» en hebreo, durante su menstruación es un componente integrado de su ciclo menstrual natural. Su condición de «impureza» demuestra su descenso desde un nivel máximo de la santidad, cuando tuvo la capacidad de concebir una nueva vida preciosa a través de la unión con su marido. Es obvio que en el caso de María su concepción fue milagrosa, pero ella debía de seguir los rituales judíos.”
Si deseas más información, te recomiendo visitar la dirección digital indicada en fuentes, en la parte inferior de esta publicación (1)
También hay que decir que, en ese pasaje de Job, la palabra de Dios no está negando que pueda haber hombres y mujeres que puedan llegar a ser justos ante Dios. Lo dice sólo en cuanto la innata condición humana de estar afectada por el pecado de nuestros primeros padres y de nuestra fragilidad e imperfección humana. Sería una infamia, negación o enfrentamiento al poder de Dios, afirmar que él no pueda con su gracia, lograr que haya hombres o mujeres que alcancen y vivan la santidad. Vale tener presente los numerosos lugares en la Biblia donde abunda la existencia de siervos a los que Dios declara justos:
«La oración del justo tiene mucho poder» (Stgo 5, 16)
«Su marido José, como era hombre justo, no quería ponerla en evidencia…» (Mt 1, 19), y reconocemos que su esposa María es limpia de pecado porque el Espíritu Santo, por boca del ángel, la declaró «llena de gracia» y _”bendita entre todas las mujeres” (Lc 1, 28.42)
«Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo» (Mc 6, 20)
A pesar de ser hombres pecadores, Dios reconoce la santidad que sus hijos van alcanzando:
«Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús» (Hb 3,1);
«Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.» (Flp 4,22);
«Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso» (Ef 1,1)
Y es que todos estamos llamados por Dios a la Santidad: «Sed santos, porque yo soy santo.» (1Pe 1,16)
b) En la Tradición y el Magisterio de la Iglesia:
Aparte de los anteriores fundamentos bíblicos, también son numerosos los testimonios de los primeros cristianos, sucesores de los apóstoles, que declaran y reconocen a María, la madre de Cristo, como una mujer pura y sin mancha de pecado..: (2)
«…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…» (Bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX)
San Efrén de Siria, apellidado Arpa del Espíritu Santo, canta de este modo a la Virgen: «Ciertamente tú (Cristo) y tu Madre sois los únicos que habéis sido completamente hermosos; pues en ti, Señor, no hay defecto, ni en tu Madre mancha alguna». Y en otras partes llama a María, Inmaculada, incorrupta, santa, alejada de toda corrupción y mancha, mucho más resplandeciente que el sol,…
Y San Jerónimo: «Proponte por modelo a la gloriosa Virgen, cuya pureza fue tal, que mereció ser Madre del Señor».
Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva.
▪Justín (Dialog. cum Tryphone, 100),
▪Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
▪Tertuliano (De carne Christi, xvii),
▪Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
▪Cyrilo of Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
▪Epiphanius (Hæres., lxxviii, 18),
▪Theodotus of Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), and
Sedulius (Carmen paschale, II, 28).
También se refieren a la Virgen Santísima como la absolutamente pura (San Agustín y otros). La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la «toda santa»
Fuente:
(1) http://www.catolicosfirmesensufe.org/rebatiendo-el-argumento-maria-fue-inmunda-por-tanto-peco
(2) Ídem.
Preguntas para compartir:
1.- ¿Cuáles de los fundamentos doctrinales te parecieron más contundentes para rebatir la doctrina protestante de señalar a María como inmunda y pecadora?
2.- ¿Cuál era el significado que tenía en la cultura hebrea el parto de una mujer judía?
Elaborada por:
Pbro. Héctor Pernía, mfc
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