Festividad: 9 de enero
Julián es el paradigma de la castidad cristiana y la de su esposa Santa Basilisa resaltan con maravillosos fulgores.
Hijo único de una noble y rica familia, profundamente educado en la religión cristiana. Tenía hecho voto de castidad cuando al cumplir los dieciocho años de edad sus padres se empeñaron en que contrajera matrimonio con una joven de igual nobleza, llamada Basilisa. Julián y Basilisa son milagrosamente arrastrados hacia el amor virginal; apareciéndoseles Nuestro Señor Jesucristo, que aprueba su determinación de conservarse castos. Desde aquel día consagran plenamente sus vidas a los demás. Reparten sus bienes entre los pobres y se retiran a vivir en dos casas situadas en las afueras de la ciudad que convierten en monasterios. A la de Julián acuden hombres para que les guíe con sus prudentes y santos consejos. A la de Basilisa una multitud de muchachas que, edificadas con el ejemplo de su virtud, muchas de ellas abrazan la vida religiosa, viviendo en santa paz bajo su dirección. Muy pronto la fama de ambos esposos se extenderá por todo el Imperio.
Suscitada en aquel tiempo la persecución de Diocleciano y Maximiano contra el cristianismo, se ordena apresar y encarcelar a Julián y a cuantos con él residen en su apacible monasterio.
El magistrado condena a Julián a morir degollado. Su gloriosa muerte arrastra hacia la fe en Cristo a muchos paganos, que admiran su firmeza. Y la proyección de su ejemplaridad se dilata a través de los siglos en la devoción de los fieles.
Fuente: www.aciprensa.com