- Liturgia<📖> Apologética
De la Liturgia de la Palabra.
XVII Sem. T. Ordinario
Fecha: 01 de Agosto de 2018
Comentario: El Evangelio de hoy trae de labios de Jesús una hermosísima parábola que puede dar a conocer la belleza y el misterio del celibato y el orden sacerdotal:
«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.» (Mt 13, 43-46)
Mientras el mundo entero vive como llevado o arrastrado impetuosamente por las caudalosas aguas de la impureza y del egoísmo, el sacerdote y los consagrados a la vida religiosa son aquellos cuya búsqueda de Dios le lleva a descubrir, de manera más rápida que a los demás, un maravilloso tesoro para llevarlo siempre consigo y compartirlo con sus hermanos: la pureza y donación total de sí mismos, de su cuerpo, su mente, su alma, y todo el resto de su vida, a Cristo en cada uno de los hermanos. Es esa la perla y es ese el tesoro precioso reservado por Dios para aquellos hijos suyos selectos, a los que elige para que sean totalmente suyos. Tan hermosa, preciosa y elevada es esta perla en su valor, que miles han sido los que por ella han estado y están dispuestos incluso a renunciar a todo, darlo todo, entregarlo todo. Es esa la alegría que desborda el corazón de cada niño o cada joven que siente dentro de sí el ardiente fuego del amor de Cristo diciéndole: “te necesito sacerdote, o consagrado, consagrada; y, por aquello que tengas que renunciar, yo te lo multiplicaré al ciento por uno”, tal como se lo dijo a Pedro: «Cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras por mi nombre, recibirá el ciento por uno, y heredará la vida eterna.» (Mt 19, 29)
Mientras la mayoría al mirarse en lo secreto de su vida sabe que no puede encontrar allí pureza, tanto en su cuerpo como en su alma; los que han sido y son fieles al celibato y al voto de la castidad, y su vida toda la tienen entregada sin reservas al servicio de los demás por el amor a Cristo, son aquellos que pueden contemplar en su interior un bello espectáculo, apreciando más de cerca el rostro radiante de su propio amado: DIOS.
📝 Preguntas para compartir:
1.- Recuerda y comparte algún testimonio de algún sacerdote, religioso o religiosa que admires por la alegría desbordante con la que vive su consagración
2.- ¿Has sentido alguna vez ese llamado de Dios a elegir quedarte con esa perla preciosa de la castidad y la consagración plena a Él?
✒ Elaborada por: Pbro. Héctor Pernía, mfc
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