XV Sem. T. Ordinario
Comentario:
La liturgia de hoy, pareciera que se contradijera. Por un lado tenemos la primera lectura, donde el profeta Isaías (Is1, 10-17), alerta a Sodoma y Gomorra para que escuchen la palabra del Señor, les reprocha los sacrificios y dones vacíos, les invita a cesar en sus maldades, que aprendan a obrar bien: orientar al oprimido; defender al huérfano y proteger a la viuda. Esto porque el huérfano y la viuda eran considerados los más débiles, los más desprotegidos, y ellos eran referencia para mostrar la misericordia de Dios.Y por el otro lado tenemos el evangelio (Mt 10,34–11,1), donde Jesús alerta a sus apóstoles: ”No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. …los enemigos de cada uno serán los de su propia casa” dice además que el que no carga su cruz y lo sigue no es digno de Él. Quien dé a beber, aunque sea más que un vaso de agua fresca, no perderá su paga.
Entonces por un lado se invita a la unión, a la caridad y por el otro lado se anuncia que habrá divisiones hasta en las propias familias, pero con todo esto, no es contradicción. Es simplemente que seguir a Cristo implica renunciar a las cosas del mundo para servir al Señor. Cuando el hombre se deja llevar por la iniquidad termina creando divisiones y paradigmas que conllevan a enfrentamientos de unos contra otros haciendo caso omiso a las espirituales.
Cuando se decide ir en pos de Jesús, ocurre lo contrario, los intereses espirituales toman prioridad y todo lo demás se vuelve banal.
Decía Pablo: “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” (Rm 7,19).
Jesús le dice a Pedro: ”¡Apártate de mí, Satanás! Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres” (Mt 16,23)
La esposa de Job le dice: ”¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. (Job 2,9)
Dice Jesús: ”Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.” (Mt 18,3)
Todas las citas anteriores nos llevan a entender que hay que aprender a sobrellevar nuestras limitaciones, tomar la cruz del día a día y seguir a Jesús; morir al hombre viejo para renacer a uno nuevo que sea lleno del Espíritu Santo.
Para compartir:
1.- ¿Qué piensas, hay o no contradicción en la palabra de Dios?
2.- ¿Qué significa para ti “cargar tu cruz”?
Elaborada por:
Adelina Ruíz Mfc
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