Objetivo específico:
(102) a. Generar una multiplicación de Comunidades Eclesiales organizadas en Células Misioneras que se multiplican y congregan en casas de familia, con sólidas bases en la fe y con su testimonio de vida en Cristo, para hacer llegar al pueblo de Dios, respuestas cercanas y directas (medicinas) a muchos vacíos (heridas) que, con el paso de los años, se fueron acumulando y quedando sin atender en la enseñanza y transmisión de la fe revelada por Cristo, y fielmente custodiada hasta hoy por la sucesión apostólica. Contribuyen con el esfuerzo de la Iglesia universal de construir parroquias que sean ‘comunidad de comunidades’ sólidamente formadas en la fe y capaces de una respuesta ecuménica efectiva auxiliando a quienes se alejaron o decidieron separarse de la Iglesia.
b. Ellas se constituyen en Células Misioneras de pocos miembros para favorecer: calidez en las relaciones, facilidad de que todos se conozcan y de reunirse en cualquier pequeño lugar; livianas en su tamaño y peso para coordinarlas.
c. Este proyecto contempla e incluye, en la categoría de Comunidades Eclesiales, a los movimientos apostólicos ya existentes en las parroquias: Cursillos de Cristiandad, Renovación Carismática, Legión de María, Camino Neo Catecumenal, Lazos de Amor Mariano, entre otros. De alguna manera, estas fuerzas ya son comunidades eclesiales, en cuanto que son hermanos católicos que se congregan para compartir la fe, objetivos y esfuerzos en pro de su salvación y del bien de la Iglesia. En el caso de estos movimientos o grupos, el Proyecto Vuelve a Casa es una extraordinaria oportunidad para expandirse en varias zonas de su parroquia y aumentar el inmenso bien que realizan en la Iglesia. Siempre que en este Instructivo aparezca la expresión ‘Comunidades Eclesiales’, incluye los movimientos eclesiales de los que aquí se hace mención.
Algunos rasgos del perfil del proyecto de fundación de Comunidades Eclesiales:
(103) a. Le ofrece a la Iglesia una nueva generación de discípulos misioneros viviendo siempre, y de modo permanente, como vivió San Pablo y tantos otros grandes misioneros de la Iglesia: itinerando, recorriendo comunidades, enseñando la verdadera doctrina, yendo a donde la gente vive y venciendo a la vez las barreras de la inseguridad, de los costos de los pasajes, reuniendo a las ovejas, iniciando Células Misioneras y acompañándolas hasta verlas multiplicarse y convertirse en nuevas Comunidades Eclesiales.
b. Un proyecto de Misión constante, permanente y progresiva hacia la meta de generar desde las bases, y en comunión con la fe de la Iglesia, nuevas Comunidades Eclesiales. Se ha venido improvisando mucho para fundarlas: calentar un poco a la gente, proponer, levantar la mano y crearlas casi por decreto, improvisadamente; luego se desmayan, se dispersan sus miembros, se reducen a pocos y se convierten en un grupo más, evangelizando poco y hablando, entre ellas, mucho. Pierden rápido su «primerear» (cf. Papa Francisco).
c. Como una gallina recoge a sus pollitos, así emprende Hospitalitos de la Fe, dentro de la Iglesia, dos labores inseparables: sembrar la fe verdadera y generar vida de comunión. Necesitamos reencontrarnos con el Dios verdadero, pero no a solas, o en solitario, sino con hermanos en la fe; y aprender a sobrellevar y a tolerar las diferencias. Viviendo solos la fe, somos presas fáciles para el diablo y sus falsos pastores disfrazados de cristianos. Con hermanos (en células) somos más seguros y fuertes, que solos.
d. En el supuesto caso de que sea evidente la dificultad de que seas atendido por la autoridad eclesiástica local para presentar el proyecto y conseguir su bendición para ponerlo en acción, puedes seguir las recomendaciones ofrecidas entre los numerales 133 al 135:
Agradecemos a quienes deseen hacerle modificaciones,
(104) hacerle las debidas adaptaciones y conservar, en la medida de lo posible, la distribución de los contenidos teórico-prácticos que en este instructivo se asigna para cada etapa y cada lapso del Proyecto.