Pbro. Héctor Pernía, mfc
Ella está con Cristo en el cielo.
(213) “¿Quién es ésta que surge como la aurora, bella como la luna, brillante como el sol, temible como un ejército?” (Ct 6,10; Ap 11, 19; 12,1-17).
Pablo dijo: “Las dos cosas tiran de mí: mi deseo es morir para estar con el Mesías, y eso es mucho mejor” (Flp 1,23). Si creemos que Pablo está con Cristo, ¿cómo es que Cristo no tiene a su madre con Él?
«… Se les aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús.» (Mc 9,1-4) ¿Cómo es que ellos sí están en el cielo y la virgen María no, siendo que Moisés asesinó a un egipcio y que María la Madre de Cristo no asesinó a nadie ni cometió pecado alguno?
Si al malhechor ‘por un minuto de fe’ Jesucristo se lo llevó al paraíso, con más razón se llevaría a su madre María para estar junto a él. «…Y le decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.» Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23, 39-43).
«Sube como la aurora, bella como la luna y radiante como el sol» (Ct 6, 10).
«Quién es ésta que sube del desierto apoyada en su amado» (Ct 8, 5).
«Una reina se sienta en su derecha en el palacio con vestiduras de oro» (Sal 45, 9-10)
Casos bíblicos de arrebatos de siervos de Dios:
- «Sé de un cierto creyente, el cual hace catorce años fue arrebatado hasta el tercer cielo. Si fue con el cuerpo o fuera del cuerpo, eso no lo sé, lo sabe Dios. Y sé que ese hombre —sea con cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe— fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras que no son para el oído y que nadie sabría expresar.» (2Cor 12, 2-4)
- «Apenas salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y el etíope no volvió a verlo.» (Hch 8, 39)
- «Los vivos, los que todavía estemos, nos reuniremos con ellos, arrebatados en las nubes al encuentro del Señor, allá arriba. Y estaremos con el Señor para siempre.» (1Tes 4, 17)
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