María es Madre de Dios.
(208) Algunos objetan diciendo: “Si nada ni nadie existió antes de Dios ¿Cómo es que Dios tiene madre? ¿Cómo va a ser María su madre?” Debemos explicarles:
El cristiano, cuando habla de la creación, debe saber que el inicio ya no está en el libro del Génesis sino en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Así lo anunciaron las profecías: “Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria” (Is 65,17). En Cristo la creación anterior, dominada por el pecado, finalizó; y con su muerte y resurrección, comenzaron un cielo nuevo y una tierra nueva (cf. Is 66,22; 2Pe 3,13; Ap 21,1-6). Por medio de Cristo fueron creadas todas las cosas (cf. Col 1,15), y a Cristo lo parió la virgen María. Ella es su madre, no por unos minutos o unos días, sino por lo siglos de los siglos.
“La razón principal es ésta: Si Jesús es Dios y María es madre de Jesús, entonces María es Madre de Dios. La encarnación significa que en un instante dado se unió la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, en el hijo engendrado milagrosamente por María”[1].
María es Madre de la segunda persona de la Santísima Trinidad. Cristo es Dios; por lo tanto, ella es Madre de Dios. ¿Si Dios quiso también tener madre, acaso les ha ido tan mal a los hermanos de otros credos con la madre de ellos, que no quieren que Dios quiera tener también una?
En Lc 1,39-45, Isabel, llena del ESPÍRITU SANTO dice: «¡Qué favor que la Madre de mi SEÑOR venga a mí!”. La palabra griega para definir ‘Señor’ que utiliza Isabel es «Kirios», que es la misma empleada en la versión griega del Antiguo Testamento para traducir «Adonai». Cuando una persona habla movida por el ESPÍRITU SANTO es Él quien habla; luego, fue el mismo ESPÍRITU SANTO quien llamó a María “Madre de Dios”.
Negar la maternidad divina de María. Una herejía ya vencida.
(209) Quienes niegan que María es Madre de Dios están cayendo en el mismo error de la herejía de Nestorio, ya debatida y superada en el Concilio de Éfeso del año 431 después de Cristo. Ellos dicen que María fue madre sólo de Cristo hombre, pero no de Cristo Dios; y Nestorio afirmaba que en Cristo habían dos personas: un Cristo hombre y un Cristo Dios, y sostenía que María era madre de Cristo hombre pero no era madre de Cristo Dios.
Los hermanos de otros credos y Nestorio cayeron gravemente en el error de presentar y de intentar arrastrarnos hacia otro Cristo distinto al verdadero. Eso además de herejía es apostasía y señal del anti Cristo (cf. 1Jn 1,7-8; 1Jn 4,1-3). En Jesucristo hay una sola persona y no dos como ellos insinúan. Todas las veces que en la Biblia hay alusión o mención de Él siempre es en singular, como una sola persona. Por ejemplo: “…en él fueron creadas todas las cosas”; no dice, “en ellos”. Quienes niegan que María es Madre de Dios, no ven que lo que se niega de María afecta directamente a Jesucristo: lo que se niega de ella, en muchos aspectos, se niega también de Él.
María también es madre nuestra.
(210) Dice en el Sal 86,16: “¡Vuélvete a mí, tenme compasión! Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava”. Este pasaje lleva a un cristiano a mirarse como hijo de la única mujer que en toda la Sagrada Escritura se reconoció como esclava del Señor (cf. Lc 1,38): María. A ella alude el Señor cuando de Él mismo habla en el Sal 69, 8-10: “Pues por ti soporto el insulto, la vergüenza cubre mi semblante; a mis hermanos resulto un extraño, un desconocido a los hijos de mi madre”.
A continuación, la exposición que el padre Luis Toro hace, en sus publicaciones de apologética, hace sobre este tema: “Cuando san Juan tuvo la visión observó que el dragón quería dañar a la mujer que había dado a luz al Rey y como no pudo, «…Entonces despechado contra la Mujer (el dragón), se fue a hacerle la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (Ap 12,17) Si alguien no se siente hijo de María, es porque no guarda los mandamientos de Dios ni acepta el testimonio de Jesús, especialmente aquel que dejó en la cruz momentos antes de morir, en la persona de San Juan: «…Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» (Jn 19,26) Es decir, aceptó el testimonio de Jesús desde aquella hora, ¿de qué manera? Acogiendo a María, como madre, en su casa.
Debemos preguntarle a un hermano esperado: ¿por qué no aceptas ser hijo de aquella que cumplió a plenitud la voluntad de Dios y es hija del Padre, madre del Hijo y sagrario del Espíritu Santo? ¿Quieres ser plenamente hermano de Jesús?, debes tener, entonces, la misma madre que tuvo Jesús, porque de lo contrario, serás hermano de Jesús sólo por Padre y no por madre. Yo soy hermano de Jesús por punta y punta, por lo tanto, tengo mayor parentesco con Él, que tú y me siento más cercano a Él, porque el mismo Padre de Jesús, es mi Padre, y la misma madre de Jesús, es mi madre; mientras que tú, por orgullo, no aceptas a tu madre, reniegas de ella y prefieres decir que no tienes madre, quedando huérfano de madre celeste para siempre.”
La mamá de mi mejor amigo (Jesucristo) también es mi madre.
(211) Una hermosa costumbre en muchas familias donde los niños y jóvenes pasan bastante tiempo en las casas de sus amigos es la siguiente; decir: ‘La mamá de mi mejor amigo es también mi mamá’. Y es que aquellas madres también los empiezan a sentir y a tratar como a sus propios hijos. Y el cristiano, ¿cómo no va a decir lo mismo acerca de la madre de su mejor amigo, Jesucristo?
María es también madre del cristiano por el Bautismo.
(212) Por este sacramento el cristiano ha recibido el mismo Espíritu de Jesús (cf. Ga 4,6) y es coheredero también con Él (cf. Rm 8,17). Por consiguiente, en consecuencia, Jesucristo también ha querido compartir su madre con todos los miembros de la Iglesia.
Como ya decía el papa Pablo VI en una homilía pronunciada en Manila en noviembre de 1970: “María es nuestra madre por la comunión con el Espíritu del cuerpo místico”. Ella no es madre sólo de la cabeza de Cristo, sino de todo su Cuerpo: la Iglesia.
[1] DICCIONARIO DE RESPUESTAS CATÓLICAS, “Madre de Dios”, en «e-Sword». Op cit.
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