«Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel” (Hch 13, 24).
Juan predicó un bautismo de arrepentimiento: “Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados” (Mc 1,4) ¿Pero como cristianos católicos a qué bautismo nos sometemos? Nos sometemos al bautismo que Jesucristo dejó, un bautismo completo e inmersos en Jesucristo.
El bautismo de Jesucristo eclipsa para siempre al de Juan el bautista. El propio Juan envió siempre a sus discípulos a recibir el bautismo de Cristo; y es que Cristo bautizaba más que Juan (cf. Jn 3,22-23; 4,1-2).
Su bautismo en el río Jordán queda totalmente desdibujado y desvirtuado si nuestras miradas quedan atrapadas allí y no se mira hacia donde miran y señalan las palabras del mismo Juan el Bautista: “He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo… he venido a bautizar con agua para que él se manifieste a Israel… Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu Santo y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo” (Jn 1,24-31; Mt 3,11; Mc 1,8; Lc 3,16).
Bautizarse viene del griego ‘baptizé’ y significa sumergir, pero no se refiere a sumergir en agua literalmente hablando: ríos, piscinas, playas, etc. El cristiano al leer la Biblia entiende el significado de agua no pensando como hombres, terrenalmente, sino desde lo que significa en las Escrituras: el agua es el mismo Jesucristo (cf. Ez 47,1-12; Jn 3, 3-7; 4, 7-15; 7,37-38). En la Biblia, bautizarse significa sumergirse allí mismo donde Cristo se sumergió para bautizarse: en la cruz.
Pablo, por ejemplo, no fue sumergido en agua para bautizarse. El “se levantó y fué bautizado” por Ananías en la casa de Judas (cf. Hch 9,18; 22,16), y en aquellas casas no habían piscinas o tinas dentro donde lo pudieran sumergir. Tampoco Felipe tenía suficiente agua en el desierto de Candasen para sumergir al etíope y bautizarlo (cf. Hch 8,27. 38-39).
¿Cómo establecieron el bautismo los Apóstoles en la Iglesia naciente?
Esto fue lo que ordenaron los Apóstoles en un manuscrito escrito aproximadamente en el año 45 d. C., llamado ‘Didajé’, o ‘ Instrucciones de los Apóstoles a los Gentiles’, donde establecieron las normas morales, litúrgicas y de la organización de la Iglesia primitiva. En el numeral siete dice: “En cuanto al bautismo, he aquí cómo hay que administrarle: Después de haber enseñado los anteriores preceptos, bautizad en el agua viva, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Si no pudiere ser en el agua viva, puedes utilizar otra; si no pudieres hacerlo con agua fría, puedes servirte de agua caliente; si no tuvieres a mano ni una ni otra, echa tres veces agua sobre la cabeza, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Fuente:
Guía Bíblica Hospitalitos de la fe, n 142, 148-150
Para compartir:
1. ¿Tienes un bautismo completo como mando Jesucristo?
2. ¿Crees que Pablo lo bautizaron mal y que debido a eso no fue un cristiano completo?
Elaborada por:
Yaidycar Brown, MFC
Los comentarios están cerrados.