II Domingo de Cuaresma.
Comentario:
Bendecido Día del Señor. Cuaresma es un tiempo en el cual estamos llamados a la conversión.
La segunda lectura del día (Rom 8, 31b- 34) nos recuerda que en el cielo hay Alguien que nos ama y que intercede por nosotros: es Jesucristo.
Lamentablemente el demonio ha usado esta cita bíblica para dividir la Iglesia de Jesús, pues por una interpretación fundamentalista de esta cita, nuestros hermanos esperados piensan que sólo Cristo es intercesor; por eso aseguran que eso de los Santos y la Virgen es invento de Roma.
Es necesario aclarar ciertos puntos al respecto…:
¿Qué es la intercesión?
Es la petición a favor de otro, por una necesidad o un beneficio. Cuando un hombre cae preso, el abogado intercede ante el juez por el acusado.
¿Un santo puede interceder?
No hay discusión, y todos estamos claros, en que Cristo es el intercesor por excelencia; pero la Cristología católica tiene firme su fe en que existen intercesores secundarios o subordinados a Cristo. Ellos, con su oraciones, ayudan al hombre a vivir una vida cristiana; y aquellas son llevadas a Cristo como lo dice el libro del Apocalipsis 5, 8: «Y cuando lo hubo tomado, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del cordero, teniendo cada uno su cítara y copas de oro llenas de perfumes que son las oraciones de los santos»
¿Los vivos pueden interceder por otros vivos o sólo los que están en presencia de Dios?
Claro que sí, y esta acción es bíblica, pues en Génesis 18, 23-33 Abraham intercede por las personas de Sodoma y Gomorra que en ese momento estaban vivos.
Preguntas para compartir:
¿Has pedido la intercesión de algún santo? ¿Te han respondido?
¿Has intercedido por alguien? Cuéntanos tus experiencias
Elaborada por:
Luis Ángel Espinoza
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