Jueves, III Semana. Tiempo de Cuaresma
Comentario:
Veamos en que me baso para afirmar el título de esta publicación. Esta generación:
▪No quiere oír de familia; de fidelidad a Dios en el matrimonio hasta la muerte; y en su lugar, sólo quiere llamar ‘matrimonio’ cualquier antojo u ocurrencia afectiva.
▪No quiere que los niños y jóvenes escuchen la palabra de Dios en las escuelas, colegios y universidades; pero sí establecen como obligatorio en los sistemas y pensa educativos, lo que impone el lobby gay o la ideología de género.
▪Los gobernantes y políticos no quieren reconocer en las leyes, la presencia de la fe y doctrina cristiana; pero sí complace ideologías que han ocasionado la marginación y muerte de millares de seres humanos.
▪A la voz de la Iglesia fundada por Cristo la quieren, pero encerrada en las sacristías y con una mordaza en la boca, en cambio a cualquier farsante que improvisadamente se auto nombra y se auto envía como pastor, a ese sí corren a recibirle y a entregarle el dinero de la comida y sustento de sus propios hijos.
A esta generación, cabe de modo íntegro, la denuncia profética de Jeremías:
«…Les envié a mis siervos, los Profetas, un día y otro día; pero no me escucharon ni prestaron oído: endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya puedes gritarles, que no te responderán. Les dirás: «Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la han arrancado de la boca.» (Jer 7, 23-28).
Para compartir:
1. ¿Qué tipo de actitudes son sintomáticas de llevar endurecido el corazón ante la voz y el amor de Dios?
2. Si todos los que usamos la Biblia realmente escucháramos a Dios, ¿habrían miles y miles de sectas autodenominadas cristianas y divididas entre sí? Razona tu respuesta…
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