Con la profesora Enedina Márquez fue tratado este punto en la entrevista y nos expuso las siguientes recomendaciones:
a) Valorarte y reconocer que eres muy importantes, más que ese vicio, tú lo dominas rápido. Así sufras, no importa. Porque el sufrimiento vale la pena.
b) Tener fuerza de voluntad. Si dices: “¡Hasta hoy es esto; hasta hoy es!”. Así te haga falta, lo que sea; se firme. No puedes empezar de nuevo, porque no va a terminar nunca.
c) Estar ocupados, darle tareas y cosas que hacer a la mente, las manos, realiza lecturas, alguna manualidad, dibuja, aprende algún instrumento musical. Realiza alguna labor, cosas que te agraden, cantar, bailar, en tu casa. Hacer cosas bonitas que te motiven a sentirte feliz como un pajarito cuando lo sueltan de una jaula. El ocio tiene muchísimo que ver con el cigarrillo. El estar desocupados fomenta mucho el vicio. Por ejemplo, si estás esperando a una persona, o que termine la hora en el horario de guardia, o bostezando, con pereza, seguro de una vez, llamas al cigarro para que te de fuerza. En cambio, mientras estés ocupado… no te da chance de nada. Busca otras actividades que reemplacen el acudir al cigarro para remediar el estrés, la ansiedad, el sueño, y el aburrimiento.
d) Las personas que tienen vigilancia es muy recomendable que hagan lectura de buenos libros o escriban, dibujen; porque no todo el tiempo está la persona vigilando.
e) Y hay una que falta, y debería ir de primera: ORAR. ¡Esa es la mejor!.
Para compartir:
1.- ¿Cómo puedes incrementar tu relación con Cristo y reconocer tu valor personal como un recurso clave en la superación de cualquier adicción?
2.- ¿Qué ejemplos tienes de tu propia vida donde la autovaloración te haya ayudado a enfrentar desafíos?
3.- Se destaca que mantenerse ocupado ayuda a combatir el deseo de fumar. ¿Qué actividades creativas o saludables podrías incorporar en tu día a día para reemplazar los hábitos perjudiciales?
4.- ¿Cómo pueden éstas actividades influir en tu bienestar mental y emocional?
Elaborada por:
P. Héctor Pernía, mfc
Fuente:
Todo el contenido de la publicación fue tomado de la ‘Guía de Auxilio Espiritual’ (2024) elaborada por el mismo autor de esta publicación.