Urgencia de orientadores:
El padre Félix Caicedo comenta:
«En estos tiempos hay en el ambiente mucha depresión. Muchísimo más de lo que uno se imagina. Todo eso aunado a la situación del país y la economía, la gente no puede darse los gustos que se daba antes…» (1)
Este contexto social pone de manifiesto la creciente problemática del alcoholismo, que a menudo es una respuesta desesperada ante la depresión y situaciones difíciles. La experiencia demuestra que muchas personas recurren al alcohol para lidiar con el dolor emocional y el sentido de vacío que enfrentan en sus vidas.
Por lo tanto, es crucial reconocer la importancia de la salud integral del ser humano. Los sacerdotes, como guías espirituales, deben capacitarse en la atención emocional y psicológica, ya que muchas personas acuden a ellos con heridas internas que necesitan sanar. Al mismo tiempo, los profesionales como psicólogos y psiquiatras, aunque puedan carecer de fe, deben reconocer la necesidad de Dios en la vida de sus pacientes.
La combinación de estos tres enfoques —la ayuda psicológica, la atención psiquiátrica y el acompañamiento espiritual— forma un verdadero equipo esencial para abordar el alcoholismo y otras dificultades de la vida. De este modo, se asegura un enfoque integral que respeta tanto la salud emocional como la espiritual de los individuos, promoviendo una recuperación efectiva y duradera.
Para compartir:
1.- ¿Qué preparación deben tener el sacerdote, el psicólogo y el psiquiatra para la atención de personas adictas al alcoholismo?
2.- ¿Qué servicios se pueden organizar y ofrecer en una parroquia para atender esta necesidad?
Elaborada por:
P. Héctor Pernía, mfc
Fuente:
(1) Entrevista hecha por el Pbro. Héctor Pernía, mfc al Pbro. Félix Caicedo, formador del Seminario Diocesano Santo Tomás de Aquino, el 27 de enero de 2022
El contenido fue tomado de la «Guía de Auxilio Espiritual» elaborada por el mismo autor de esta publicación.