La Ley no debería amparar estafadores
Quien se burla del Estado se burla del mismo pueblo; y, quien se burla de ambos, se burla también de Dios.
Las instancias estatales que rigen en materia de cultos en muchos países, caen en el grave error de legalizar cuanta nueva ‘iglesia’ o nuevo sitio de ‘culto’ se les presenta, sin percatarse de que están siendo estafados una y otra vez por impostores que llegan a sus despachos con papeles y ‘credenciales’ de pastores iguales a un manojo de billetes falsos; y les han aprobado, e incluso, financiado, fraudulentos negocios de fe encubiertos con el título de ‘iglesias’ o ‘centros de ayuda espiritual’. Tales engañadores no solo estafan a la gente que los sigue, sino también a la misma nación.
Es necesario que quienes están al frente de estas instituciones sean personas instruidas y asesoradas eclesiásticamente, para impedir que la Ley de Libertad de Cultos se convierta en un escondrijo para que muchos engañadores luego se justifiquen y oculten. Si no se permite que haya estafadores haciéndose pasar por abogados, ingenieros, arquitectos, médicos, o efectivos de órganos de seguridad del mismo Estado (…) que estén engañando a la gente o cobrando dineros indebidos; ¿cómo es que tan rápido le abren las puertas, de par en par, a cuanto embaucador llega a sus despachos, presentándose como el definitivo y verdadero fundador de la Iglesia de Cristo, siendo que su Iglesia ya el mismo Jesucristo la fundó?
Téngase presente que ya Jesucristo dejó sus correspondientes autoridades para designar, nombrar y legitimar los pastores que han de guiar en la fe y en la sana doctrina al pueblo (cf. Mt 16,17-19; Is 22,21-22; Lc 22,31-32; Jn 21,15-17).
¿Cómo puede levantarse el Reino de Dios y la prosperidad de una nación a punta de pseudo iglesias y pseudo pastores que desangran fraudulentamente al mismo gobierno, y niegan a como dé lugar su condición de sectas, gracias a que les legalizan sus negocios ilícitos disfrazados de iglesias de Cristo?
1.- ¿A qué obedece tanto caos de falsas iglesias y falsos pastores que a rienda suelta estafan en la fe a la gente?
2.- ¿Qué debería hacerse a nivel legal para proteger la población ante este grave abuso de robar aprovechándose de la buena fe de las personas?
P. Héctor Pernía, mfc
El contenido fue tomado de la ‘Guía Bíblica Hospitalitos de la Fe’ (6ta. edic.) elaborada por el mismo autor de esta publicación.