Pbro. Héctor Pernía, mfc
El espejismo de ser cristianos y evangélicos.
(42) A muchos católicos que caen golpeados en la fe a causa de alguna frustración o decepción dentro de la Iglesia, el diablo les ofrece, como emboscada, salidas que más allá de las ayudas que les da para resolver alguna necesidad o problema, les conduce a grupos que en realidad son suyos, con nuevas doctrinas que les hacen creer que Cristo y la Iglesia Católica van por separado, y que separándose de esta Iglesia y yéndose a aquellos sitios de culto, están encontrando verdaderamente a Cristo.
Satanás ha sustraído elementos que la gente desconoce que son originarios de la Iglesia Católica, y los ha llevado para identificar y hacer funcionar sus propios sitios de culto, como señuelos de seducción para que muchos crean que es allá donde están los verdaderos cristianos y evangélicos.
Se ven lejos, pero viven cerca.
(43) A quienes se fueron a esas denominaciones les tiene secuestrada la mente. Tan seguros los hace sentir de estar con Cristo, que no les permite darse cuenta cuál fue la dirección que realmente tomaron: mientras más se apartan de la Iglesia Católica, más vecinos y cercanos se hacen de quienes hoy levantan la bandera del ateísmo. Veamos algunas pruebas:
Un protestante y un ateo común opinan así: ‘La religión no sirve para nada. Es mentira que Jesucristo esté vivo en la Hostia Consagrada, que exista el Purgatorio, que María, la madre de Cristo, sea Virgen, que exista el pecado original o el infierno, que las imágenes o que los santos sirvan de algo, o que a los niños se les deba bautizar’. Todo lo anterior, más el ataque al sacerdocio y a la Iglesia católica, de modo general, no tienen mucha diferencia entre ateos y protestantes. Un ateo diría: ‘Yo pienso igual, en muchas cosas, a esas personas que dicen ser ‘cristianas’. Lo que no entiendo es por qué siendo ellos supuestamente cristianos o evangélicos, y nosotros, siendo ateos, pensamos tan igual y tan diferente a los cristianos católicos en muchas cosas que ellos creen’.
El trayecto entre protestantismo y ateísmo es corto.
(44) Y es que no resulta difícil explicar el fenómeno: mientras más desvalijan y contrarían a la fe católica, lo que les va quedando de auténticamente cristiano es cada vez más escaso. Lo mismo que un protestante niega de los católicos, también lo niega el que dice ser ateo. Estos últimos dirían: ’No somos nosotros los que nos estamos volviendo protestantes; son ellos, los protestantes, los que no se dan cuenta que se están volviendo progresivamente ateos. ¡Sigan así, que aquí los esperamos!’.
Necesitan ayuda: a la luz de la Palabra de Dios, y con ayuda de fuentes teológicas documentadas y fiables, deben examinar a fondo y más allá del cerrado círculo de lo que han venido oyendo o leyendo, cada doctrina sobre Cristo que han aprendido. Eso les llevará a encontrarse, no a pedazos, sino en plenitud, con el Camino, la Verdad y la Vida: JESUCRISTO.