Pbro. Héctor Pernía, mfc
En Hospitalitos de la Fe somos el etíope y Felipe de Hch 8,26-40.
(8) Antes de continuar la lectura, invito al lector a abrir la Biblia y a contemplar a la luz de este pasaje, el rostro de miles de personas que hoy se encuentran como el etíope.
Dolencias en la fe en el pueblo de Dios.
(9) Esta Guía Bíblica va dirigida a sanar la enfermedad del desconocimiento de Dios y a propiciar un movimiento misionero, con la Red de Células Misioneras, para sanar otra herida muy profunda y grave: el aislamiento, la indiferencia y la ausencia de fraternidad católica en momentos críticos y oscuros de la vida.
¿Qué finalidad tiene este libro?
(10) Multiplicar, por muchos y por miles, ese Felipe que pueda acompañar, sanar, e involucrar a todos los etíopes del camino, a ser, también ellos, un nuevo Felipe para muchas almas sedientas, necesitadas y urgidas del auxilio en la fe. En estas páginas encontraremos medicinas para prevenir y para sanar esos choques, confrontaciones y dolorosas divisiones que se producen a diario entre las personas cuando intentan compartir lo que han aprendido que deben creer y hacer para relacionarse con Dios. Entraremos al manantial de las Sagradas Escrituras y tomaremos de allí las medicinas para sanar nuestra propia fe y la de nuestros hermanos.
Este libro le lleva al pueblo las herramientas para abrir a todos la participación en el ecumenismo. Sin la apologética, ante el proselitismo de los grupos protestantes, en lugar de poder hacer ecumenismo sale con traumatismos; e incluso, con la muerte de lo poco que le queda de comunión con su Iglesia madre.
Jesucristo es el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6);
(11) Pero, ¡qué complicado se le ha vuelto hoy a muchas ovejas poder dar con el camino! Buscar a Jesucristo podría compararse hoy a caminar en el desierto y sufrir continuos desvanecimientos ante sucesivos espejismos de agua. El caos reinante es enorme. Son tantos los falsos pastores y las simples organizaciones de hombres encubiertas con el título de ‘iglesias’ que han proliferado, que salir a buscar hoy un camino claro en la fe para encontrar a Jesucristo, es realmente una odisea para muchas almas.
Por cada falso pastor y por cada falsa iglesia hay un camino en falso; y no pueden ser pocos, en consecuencia, los heridos y los ya fallecidos en la fe. No pocos retroceden al intentar buscarlo entre los mismos pastores de la Iglesia fundada por Cristo. Nuestros anti testimonios son como un eclipse de sombras que ocultan e impiden a muchas almas divisar la santidad de la Iglesia. Es realmente una tragedia sin precedentes!
Los enfermos en la fe no deben ir al hospital.
(12) Es al revés; ellos necesitan que el Hospitalito de la Fe llegue con sus medicinas allí donde ellos están postrados. La pereza, la desidia y la apatía por ir a la Iglesia, son síntomas de enfermedad espiritual; y forzarlos a ir a la Iglesia en esas condiciones es lastimar y acabar con la poca motivación que les queda.
Cuantos errores cometidos cuando la persona que va al templo le dice a los que no van: ‘¡Vayan a la Iglesia!’ Quienes van a la Iglesia son los que están en el deber de proveerles, allí donde ellos están, del alimento espiritual que ellos reciben cuando van al templo.
Hospitalito de la Fe va a donde están los heridos en la fe.
(13) Este libro es esa posibilidad. Ahora eres tú quien ante los ojos de Dios tienes esa misión, esa tarea, esa oportunidad de ser un Felipe para los etíopes de tu casa, de tu propia comunidad donde vives.
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