Somos cristianos:
▪️Porque estamos correctamente bautizados y así llamaron a los primeros seguidores de Cristo.
▪️Porque el origen y el fundador de nuestra Iglesia es Jesucristo (cf. Mt 16,17-19); y, si la raíz es Cristo, ¿cómo corresponde que se llaman el tronco y las ramas, los miembros de la Iglesia que él fundó? Cristianos, ¿verdad? ¡Entonces, católico, recoge tu identidad! ¡Tú eres cristiano! Y, en adelante, ¡no niegues lo que eres!
¡Vigilemos la boca! No digamos nunca más: ‘la joven o la señora tal era católica y ahora es cristiana’, no sea que nos traguemos los insectos de las malas costumbres que circulan alrededor y nos sigan haciendo daño. Y no justifiquemos luego nuestra imprudencia para salir del paso excusándonos y diciendo: ‘Es que así es que les dicen’. Los mismos que decimos que siempre debemos ser evangelizadores, somos a veces los primeros en llenar de tinieblas nuestra manera de expresarnos.
Grave crisis de identidad y de pertenencia a la Iglesia Católica.
La indiferencia, el relativismo y la ambigüedad hicieron casa en muchos católicos tibios y fríos. El sentido de pertenencia lo tienen en terapia intensiva. Vienen las sectas, se llevan lo que es de la Iglesia Católica, el ser ‘cristianos’ y ‘evangélicos’, y hasta la propia Biblia, y luego, para rematar, se oye decir a muchos católicos: ‘¡Qué me importa!; ¡No me hacían falta! ¿Y cuál es el problema? ¡A mí me da igual!‘ ¿Por qué no dicen igual si los despojan de sus documentos personales o de sus bienes materiales?
Parece que nos importa más el dinero y los bienes de este mundo, por los que armamos todo un lío si alguien nos los trata de quitar, que los asaltos que le hacen a nuestra fe. Está claro que la Biblia, por ejemplo, no es sólo para los católicos, y que su mensaje de salvación es para todas las naciones y no debemos sentir celos sino más bien alegría de que otros la usen; sabemos que Dios es su autor, pero debemos ser firmes en reconocer y anunciar que su vientre, su cuna y su mayor difusor es la Iglesia Católica (Ver: GB, N° 86).
Hablo ahora por mí. Soy sacerdote católico, evangélico y cristiano; soy evangelista y soy pastor. Esa es mi identidad y mi oficio cotidiano. Y ahora, tú, hermano católico, hermana católica, ¿cuál es tu identidad? No tengas miedo de anunciar quién eres.
Para compartir:
1-. ¿Cuál ha sido la única Iglesia cristiana que ha existido por más de 2000 años, desde el mismo Cristo hasta hoy?
2-. ¿De dónde aparecieron las demás?
Elaborada por:
P. Héctor Pernía, mfc
Fuente:
Nota: El contenido es tomado – con algunas ampliaciones -, de la ‘Guía Bíblica Hospitalitos de la Fe’, elaborada por el mismo autor de esta publicación.